María Teresa Ortiz Lasaga falleció en la noche de ayer lunes a los 92 años, rodeada de sus hijos, nietos y familiares, y sintiendo el cariño de la ciudad en la que se convirtió en conocida empresaria heladera hace ya casi medio siglo.
El nombre de Teresa está íntimamente ligado a la historia del comercio talaverano gracias a El Polo Norte; mujer fuerte y decidida, levantó un negocio referente en una época donde el emprendimiento femenino encontraba demasiados obstáculos. Es en 1977 cuando se hace cargo del negocio hasta entonces regentado por sus tíos Matilde y Ricardo. Gracias a su valentía se aventuró a realizar una reforma y modernizó el negocio con la adquisición de nuevas máquinas y granizadoras.
Adelantada a su tiempo, siempre tuvo una visión clara de futuro y de servicio al cliente; por ello, no dudó en participar en ferias internacionales del sector para aplicar luego los cambios y las novedades a El Polo Norte, el nombre con el que siempre, y continúa hoy en día, se asocia el mundo del helado en Talavera.
La heladería, en la talaverana calle Cristo de la Guía, ha sido punto de encuentro de varias generaciones; padres e hijos han disfrutado de sus creaciones y de la presencia de Teresa, alma máter de este negocio, de la que ahora nos despedimos.
Su vocación de trabajo y superación ha sido heredada por sus cuatro hijos, José Ángel, Teresa, Charo y Ricardo, este último encargado en la actualidad de regentar el negocio familiar.
Teresa es cántabra de nacimiento y talaverana de corazón. Aquí se casó con Ángel Sánchez, en el año 1957, y formó una familia amplia y conocida. Orgullosa madre y abuela, ha demostrado en incontables momentos el amor por los suyos. También el apoyo a sus nietos más conocidos, los hermanos piragüistas Cubelos, y convirtiendo El Polo Norte en sede para seguir sus competiciones televisadas y disfrutar de sus triunfos.
Mujer emprendedora, empresaria y madre de familia, Teresa Ortiz ha sido ejemplo para las nuevas generaciones de talaveranos gracias a su afán incansable de trabajo y superación. Un ejemplo que fue reconocido otorgándola el Premio Ciudad de Talavera a la Economía en el año 2018.
Hoy sus familiares y amigos se despiden de ella con el agradecimiento infinito de su ejemplo, de su amor y su carisma, dejando una impronta imborrable y el recuerdo de su eterna sonrisa en todos aquellos que la conocieron.