Días atrás, se ha celebrado en Toledo el III Foro Económico Español de CLM. Hay que decir que ha sido un éxito en todos los aspectos como lo prueba el enorme eco que ha tenido en los medios de comunicación y los centenares de participantes. El lugar escogido para su desarrollo no ha podido tener mejor marco: el Cigarral de las Mercedes; un enclave situado en las afueras de Toledo rodeado de cigarrales y olivos con vistas a gran parte del Toledo monumental como San Juan de los Reye y Catedral, entre otros emblemáticos lugares.
Por el Foto han desfilado conocidos nombres de la política como Emiliano García-Page, la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera y varios consejeros, presidentes de diputaciones, alcaldes, líderes sindicales, empresarios, periodistas afamados como Pedro J. Ramírez o Esther Esteban. Mucha gente conocida y expertos en la materia a desarrollar.
En el formato no ha faltado ningún detalle empezando por situar la carpa en un lugar silencioso, amplio y con una barra exterior bien atendida con sus cafés, zumos y pastas para mitigar el hambre y poder conversar entre acto y acto. A veces con el triple de personas en la zona de ocio que en el interior. Servidor decidió asistir a la mañana del segundo día. Presencié la conversación del vicepresidente primero del Gobierno de CLM, J. Luis Martínez Guijarro; la del vicepresidente segundo del mismo Gobierno José Manuel Caballero y el debate donde estuvo, entre otros, el secretario general de UGT Pepe Álvarez, el consejero de Fomento de nuestra región Nacho Hernando y dos representantes de organizaciones empresariales moderados por Esther Esteban.
Y aquí pauso para hacer una reflexión. Téngase en cuenta que ese día, la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados aprobaba la famosa Ley de Amnistía para continuar su trámite parlamentario y la moderadora, con mucha picardía e intencionalidad los llevó al huerto y los preguntó su opinión al respecto. El consejero habló, defendió y se identificó con la postura de su jefe García-Page. Pero la sorpresa llegó cuando el líder sindicalista espetó que, «soy una de las personas que animé a Pedro Sánchez a seguir con la Ley de Amnistía, que era bueno para España y que redimiría a la mayoría de los catalanes. Que contribuiría a mejorar la paz entre los españoles y la cantinela de que por eso España no se rompería».
Servidor, que estaba sentado junto al delegado de Defensa, el coronel Juan Luis Vizuete, cruzó la mirada con él e hicimos un comentario en voz baja de si este señor vivía en España o en Andorra. ¡Cómo puede ser tan empecinada y obtusa una persona que defienda ese argumento cuando nadie ha mostrado arrepentimiento y encima han proclamado a los cuatro vientos que van a repetir y potenciar todo lo que sea intentar llegar a la secesión cuando antes!
Me cuesta creer que personas que piensen así lleguen a liderar un sindicato mayoritario. No me extraña que el país esté como esté y con la oscura perspectiva que se ciñe sobre todos en los próximos años.