Luis del Castillo 'el Vacas' vestía ayer una sudadera blanca de Lacoste y un abrigo azul marino. Ocupó en la segunda sesión la misma esquina del banquillo delantero de acusados; junto a él, Raúl Romero, a quien afirmó que contrató para matar a Mercedes Martín Ayuso por «las habladurías» que circulaban sobre su esposa en Las Ventas de Retamosa. Atribuía a esta madre de dos niños el origen de una mecha de rumores. «Perdí totalmente la cabeza», reconocía en la carta manuscrita entregada el lunes como parte de la munición de pruebas y leída por él mismo ayer delante del jurado.
Luis encara una acusación de la Fiscalía de 40 años de prisión por asesinato y por el intento de asesinato del hijo de Mercedes, herido en el tiroteo de mayo de 2018. La carta de arrepentimiento abrió la ronda de pruebas del juicio. «No me lo perdono todos los días. Me cuesta dormir todas las noches. No me reconozco a mí mismo», ensarta en una cadena de reproches como muñidor de la ejecución de la mujer que había cuidado «muy bien» a su padre dependiente.
La fiscal explicó en la primera sesión del juicio que esas «habladurías» se referían a una supuesta infidelidad de la esposa de Luis. El acusado, condenado previamente por estafas por diferentes juzgados españoles, admitió que lanzó una grave amenaza a Mercedes con una pistola simulada en la mano: «Vete de aquí o te pego un tiro a ti y a tus hijos». Una amenaza que devino en profecía tiempo después.
Luis y su esposa marcharon de Las Ventas de Retamosa a Cataluña por «las habladurías» y allí apareció en escena Raúl Romero, un delincuente habitual que manchó de sangre su hoja de antecedentes por robo de coches. El consumo de drogas encadenó su vida, según su breve relato justificatorio de una deriva que lo condujo a aceptar el encargo de matar a Mercedes «por 3.000 euros». Dinero que se fundió enseguida en droga.
El encargo de Luis, quien le proporcionó la información para matar en ese lugar y a esa hora, incluía liquidar también a Daniel, el hijo pequeño de Mercedes. Raúl defendió su dignidad y aseguró que desconocía que estuviera el hijo en el vehículo. E incluso añadió que, como padre de cinco hijos, hubiera renunciado si hubiera advertido al menor. No obstante, tras un receso de la sesión de 15 minutos, rectificó por arte de birlibirloque y admitió que esperó en esa rotonda de Las Ventas de Retamosa para ejecutar también al pequeño de 12 años, como le había ordenado Luis.
La procedencia del arma homicida, mostrada a Raúl para su reconocimiento y al jurado, sí es un misterio. Sin dar nombres, el sicario explicó que le dieron unas coordenadas y halló cerca de una carretera y debajo de unas piedras el arma para el encargo.
Raúl, experto en el robo de vehículos, se encargó por su cuenta de sustraer dos para la huida. Uno, el Seat León, apareció quemado en Torrejón de la Calzada (Madrid), donde se montó a otro coche robado previamente.
Pero un inesperado accidente de tráfico sentenció el plan. Raúl huyó del lugar y dejó atrás el coche robado. Fue capturado minutos después en la estación de autobuses de Utiel (Valencia). Unos viandantes avisaron a los agentes de que el individuo había abandonado una mochila verde a 100 metros. Ahí estaban las pruebas.
«No era consciente del daño. Cuando estás en la droga, vives en un mundo paralelo. Llevo desde los 12 años. Desde 2018, no he probado más la droga», aseguró.
Luis: «Yo fui el que lo planeó todo. Mi mujer no encargó el asesinato de Mercedes»
Los cinco acusados abandonaron ayer la Audiencia Provincial durante la sesión y tras la tanda de interrogatorios porque todos están en libertad a pesar de la gravedad de los hechos
El reconocimiento de Luis del Castillo incluyó la exculpación de su entonces pareja, María del Carmen Medrano, acusada también por la Fiscalía de los delitos de asesinato e intento de asesinato con una petición de 40 años de cárcel. «Yo fui el que planeó todo. El que lo encargó. Mi mujer no encargó el asesinato», confesó durante el interrogatorio.
Luis y María del Carmen coincidieron en que ella se enteró de la autoría del crimen durante una visita a la cárcel donde permanecía provisionalmente su entonces pareja por estos hechos. Él le reconoció el plan. En este sentido, aseguró que la causa de la separación entre ambos fue la participación de Luis en la muerte de Mercedes.
Los cinco acusados aseguran que han depositado en conjunto los 167.000 euros consignados para resarcir a los familiares de Mercedes. Esta aportación supone la posibilidad de beneficiarse de la atenuante de reparación del daño en caso de una condena. «Hemos malvendido para dar todo lo que podíamos a los familiares», aseguró Luis.
Las versiones inculpatorias de Luis y de Raúl incluyen eximir de responsabilidades a María del Carmen y también a los otros dos acusados de encubrimiento: el hermano de María del Carmen y la pareja de entonces de Raúl.
La finalización de la tanda de interrogatorios antecedió una escena curiosa. Los cinco acusados abandonaron el banquillo y la Audiencia Provincial mientras continuaba la sesión. Luis y Raúl agotaron los 4 años máximos de prisión provisional y están en libertad. Mientras, los cuatro policías nacionales comisionados en la sala se quedaron extrañamente allí.