Los réditos que la actividad turística proporcionó a los establecimientos hoteleros de la ciudad de Toledo se incrementó en 2023 un 21,3% respecto a 2019, el año anterior al inicio de la pandemia y la posterior espiral inflacionaria. La capital regional, con 54,70 euros de ingresos por habitación disponible, se sitúa en el decimoctavo lugar de la clasificación de los destinos urbanos españoles con mayores ingresos, un indicador elaborado por Exceltur a partir de información recogida del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El barómetro certifica que el pasado 2023 «se cerró como un año muy positivo en términos de ingresos para la práctica totalidad de los destinos turísticos urbanos y vacacionales». El estudio discrimina entre los municipios vacacionales, ubicadas en la costa y cuya oferta tiende a coincidir con el periodo estival y a ubicarse, y las ciudades, centros administrativos que tienen en su capacidad económica y cultural parte de sus atractivos. Los beneficios tienden a ser mayores en los destinos vacacionales; tal es el caso de Ibiza, una localidad con 177,60 euros ingresados por habitación disponible. Otros puntos de sol y playa, como Marbella, Chiclana, Adeje, Calvià o Sitjes superan los 100 euros de beneficio.
Exceltur destaca un «incremento en la demanda de perfiles de alto poder adquisitivo», procedentes en buena medida del continente americano. Además, refiere la importancia del «aumento de las conexiones aéreas y ferroviarias internas (AVE) gracias a sus frecuencias y precios muy competitivos». La presencia de un servicio de tren de alta velocidad entre Madrid y Toledo, además de la corta distancia que separa ambas ciudades por carretera, favorecen la presencia creciente de visitantes en la ciudad.
Respecto a los destinos urbanos, los datos de rentabilidad turística superan los registros alcanzados por Santiago de Compostela y Córdoba, otras dos ciudades patrimonio de la humanidad. Las ciudades con mayores ingresos por habitación de hotel fueron Barcelona (130,50 euros), San Sebastián (118,10), Palma (107,10) y Málaga (106,50). Las cuatro comparten una doble condición: se trata de asentamientos con un importante volumen de población estable -un millón largo de habitantes en el caso de la capital catalana-, pero su condición costera genera mayores oportunidades de negocio para el sector de los alojamientos.
Los ingresos hoteleros crecieron «en las principales ciudades españolas» un 20,7% respecto a los datos de 2019, una cifra muy similar a la de Toledo. «Los favorables resultados turísticos de las ciudades se explican por la fortaleza de su demanda más lúdica, de la mano de las escapadas urbanas», indica el barómetro publicado por Exceltur. Además, tanto la «fortaleza de la demanda» como «la presión de costes» han permitido al sector mejorar el resultado comparativo respecto al ejercicio previo a la pandemia, aunque la ocupación se mantenga en niveles similares.
El «acelerado retorno» de las viviendas de uso turístico «sigue generando múltiples externalidades a la ciudadanía local», subraya el informe. Este tipo de alojamientos suponen una de las principales amenazas para el negocio. Por otra parte, el estudio constata que «las ciudades con un mayor valor añadido, basado en la regeneración de sus espacios públicos y la renovación de sus instalaciones alojativas hacia propuestas diferenciales y de mayor categoría» finalizaron el año con un mejor resultado económico. La apuesta por un turista con potencial adquisitivo, la renovación del atractivo que ofrecen los alojamientos y las mejoras en la ciudad se adivinan como elementos en favor de una mayor calidad del visitante.