Los hechos delictivos registrados en la ciudad de Toledo alcanzaron los 4.081 casos el pasado 2024. Respecto al año anterior, la criminalidad se elevó un 15,8%, una tasa que supera con holgura el aumento observado en el conjunto de la provincia, un alza de apenas el 3,7% interanual.
Los robos violentos, las sustracciones de vehículos y la cibercriminalidad protagonizan el repunte conocido en la capital regional. El pasado año se produjeron 58 robos con amenaza en Toledo, un 38,1% más que en 2023. Del mismo modo, se constata un repunte del 12,7% en el ámbito de los robos con fuerza en domicilios y establecimientos, hasta los 187 hechos. La subida también es visible en los ataques a domicilios, con 120 hogares vandalizados, un 1,7% extra.
La sustracción de vehículos despunta como otro de los problemas de seguridad acuciantes en la ciudad. En 2024, se produjeron medio centenar de casos frente a los 38 coches robados en el ejercicio anterior. Un comportamiento similar se contempló en el caso de los hurtos, el delito más frecuente en la capital castellanomanchega. Mientras que en 2023, el acumulado no alcanzaba el millar de infracciones, en 2024 su cuantía se ha estirado hasta los 1.174 casos. El crecimiento, expresado en términos relativos, llega al 19,1%.
El ámbito de la delincuencia en el espacio virtual también arroja un preocupante incremento en Toledo. La cabecera autonómica contabiliza 781 infracciones relacionadas con la esfera digital, un 16% más. Se reportan peores datos comparativos tanto en el apartado de las estafas, que suben un 13%, como en el resto de delitos cibernéticos.
La ciudad, además, lamenta una notable subida en los casos relacionados con los delitos contra la libertad sexual. Aunque en el conjunto de la provincia estos hechos menguan, en Toledo crecen un 12,5%. Cabe reseñar la mala evolución de las violaciones, con nueve casos en 2024 frente a las siete del año anterior.
Sólo en dos categorías delictivas hay datos más optimistas en Toledo que los que dejó 2023. Se trata de los asesinatos consumados, unos hechos que no han sumado ningún caso en el último año (un año atrás, se produjo uno), y de los asesinatos en grado de tentativa, en cuyo marcador no se observa ningún hecho por los cuatro que hubo en el ejercicio previo.
OTRAS CIUDADES. En el caso de Talavera, los robos con violencia e intimidación fueron el delito que más creció durante 2024, un 25% más, desde los 52 del año anterior a los 65 del último recuento.
Con carácter general, las infracciones penales en su conjunto suben un 13,7%, hasta las 3.478 infracciones. Se observan, además del alarmante incremento de los robos con violencia, cuantiosos crecimientos de la cibercriminalidad (26,4%) y las agresiones sexuales (12,5%). Además, se contabilizan dos asesinatos en grado de tentativa y un repunte del 16,7% en las sustracciones de vehículos en la ciudad de la cerámica.
En Illescas, por su parte, las infracciones conocidas suben hasta los 1.948 hechos, un 8,2% más que en 2023. Los delitos relacionados con las lesiones de diferente índole que se producen en reyertas se cuadruplican, desde las 17 de 2023 a las 73 de 2024. Asimismo, se contemplan subidas relevantes en categorías como el tráfico de drogas (44,4%) o las sustracciones de vehículos (19,4%). En cualquier caso, uno de los peores indicadores lo dejan los cinco casos de asesinatos en grado de tentativa (no hubo ninguno en 2023).
La cuarta ciudad de la provincia por volumen de población es la única con más de 20.000 habitantes en la que se reduce la criminalidad respecto al año anterior. Seseña lamenta 1.597 infracciones, un 4,4% menos. La caída se cimenta en los descensos vistos en categorías tan dispares como los hurtos (-26,4%), el tráfico de drogas (-11,1%) o la cibercriminalidad (-6,9%). Además, no hubo constancia de ninguna violación, tampoco de asesinatos en grado de tentativa; en ambos índices se habían producido dos hechos en 2023.