Nunca es fácil mantener en el tiempo actividades culturales o sociales que conllevan el trabajo y la dedicación altruista de numerosas personas. Sin embargo, en muchas ocasiones, la ilusión, la fraternidad entre paisanos y el amor por el terruño consigue superar todas esas dificultades y desánimos que van surgiendo por el camino.
Una muestra evidente de estas palabras son las pasiones vivientes que tienen lugar cada año en la provincia de Guadalajara con motivo de la Semana Santa; unas representaciones amateurs que mueven en su compleja organización y puesta en escena a centenares de voluntarios, la mayoría vecinos o hijos del pueblo donde se celebran.
Hiendelaencina acoge en la mañana del Viernes Santo la más longeva de las representaciones en directo de los últimos días de la vida de Jesucristo. Son nada menos que 50 las ediciones que la Pasión Viviente de Las Minas –como se conoce popularmente a este pueblo serrano– lleva impresionando a las más de 2.000 personas que acuden todos los años a presenciarla. «Ha habido años mejores y peores, pero ahora mismo estamos en un momento de mucha ilusión, de muchas ganas, con gente que quiere participar y renovar y eso es muy buena señal», afirma Mariano Escribano, alcalde de Hiendelaencina. Prueba de ello es el cambio de actor que habrá en el papel de Jesucristo a petición propia de un joven de la localidad. «Felipe Gismero llevaba interpretando a Cristo desde 2013 y este año hará de San Pedro porque un chaval del pueblo, Sergio, pidió hacer de Jesús porque tenía ese deseo», relata Escribano. «La Pasión es una tradición muy arraigada en Hiendelaencina que pasa de generación en generación, en la que participa gente de todas las edades, es algo muy nuestro, que hacemos nosotros y de lo que estamos muy orgullosos», declara.
Las pasiones vivientes toman impulso en GuadalajaraTanto es así que se trata de una cita teatral que ha logrado perdurar en el tiempo sin interrupción, excepto los dos años más duros de la pandemia. «Salvo los dos años de suspensión forzosa por el Covid, siempre se ha celebrado: con lluvia, con frío e incluso con nieve. El tiempo nunca ha sido un impedimento para nosotros», afirma el primer edil minero quien, a pesar de la mala previsión meteorológica de este año, asegura que la celebración de este evento está garantizada.
Al margen de algún cambio en el reparto actoral, la LI Pasión Viviente de Hiendelaencina seguirá su patrón habitual. Dará comienzo a las 12,15 horas y tendrá una duración aproximada de una hora y media. La entrada triunfal en Jerusalén, la Última Cena, la Oración en el Huerto de los Olivos, el juicio ante Caifás, el Arrepentimiento de Judas, Jesús ante Pilatos, la Coronación y flagelación, el Juicio ante Pilatos, las Caídas, el Encuentro de Jesús con su madre y la Verónica, el Calvario y el Descendimiento serán las escenas que se ejecutarán en riguroso directo en varias localizaciones del municipio aportando un enorme realismo y emoción.
No menos emocionante y auténtica es la Pasión Viviente de Fuentelencina, que este Jueves Santo cumplirá, si el tiempo lo permite, su 33ª edición bajo el impulso y la organización de la Asociación Cultural San Agustín.
Más de un centenar de voluntarios, entre actores y personal logístico y técnico, hacen realidad esta propuesta dramática que destaca por sus increíbles escenarios (la Plaza Mayor de la localidad, las inmediaciones de la ermita de la Soledad, etc.) y, sobre todo, por realizarse a la luz de las antorchas, ya que comienza a las 21,30 horas. «Que toda la representación se haga por la noche, le aporta una mayor vistosidad y realeza», describe el alcalde de Fuentelencina, Santos López quien, un año más, participa activamente en esta iniciativa interpretando el papel de Judas.
Tal y como reconoce López, en su larga trayectoria, la Pasión Viviente de Fuentelencina ha sufrido «altibajos» ya que «supone enfrentarse a un gran reto todos los años». Afortunadamente, en los últimos tiempos, esta actividad que involucra en mayor o menor medida a toda la población de este pequeño municipio alcarreño vive «un buen momento» gracias a la incorporación de varios jóvenes que han conseguido «recuperar los ánimos para seguir adelante con esta tradición», afirma el primer edil fuentelencinero.
Albalate de Zorita
La Pasión Viviente de Albalate de Zorita es la tercera manifestación de estas características que se puede conocer en la provincia de Guadalajara en lo que queda de Semana Santa. No obstante, se trata de una propuesta diferente al resto por estar planteada como un original recorrido por cuadros humanos estáticos ubicados en una quincena de localizaciones del municipio, los cuales representan los pasajes más relevantes de la pasión y muerte de Cristo. «Todo el mundo que viene, sobre todo la primera vez, se queda impactado y sorprendido porque no se espera que sea así. Es una pasión viviente diferente, peculiar, única. El que viene una verla, repite», asegura Alfredo Sánchez, uno de los albalateños que forma parte de la organización y puesta en directo de este montaje desde sus orígenes.
Dichos orígenes se remontan a 1984 cuando la representación se realizó por primera vez a la manera tradicional (con diálogos y movimiento), repitiéndose así en dos ocasiones más. Tras un impás de varios años, Mari Ángeles Rajas, una albalateña que fue concejal de Cutlura de la localidad, promovió el formato actual en 1999. «La idea la tomó de Buitrago de Lozoya, donde hacen un Belén Viviente en Navidad de similares características, con escenas estáticas. Tiene mucho mérito, sobre todo los personajes que tienen que permanecer quietos en posturas incómodas durante tanto tiempo», detalla Alfredro Sánchez.
Así las cosas, la Pasión Viviente de Albalate de Zorita alcanzará este Sábado Santo su XXVII edición a no ser que tenga que ser suspendida por la lluvia. Arrancará a las 20,00 horas y se irá dando paso a los asistentes por el circuito de escenas en grupos de cien personas progresivamente. «Las escenas se mantienen hasta que las ve todo el mundo, hay años que hemos terminado a las doce de la noche, nadie se queda sin verla», afirma Sánchez. Del mismo modo, este vecino amante de las tradición local asegura que cada vez son más los ciudadanos vinculados con Albalate (vecinos, hijos del pueblo o personas que tiene una segunda residencia en el municipio o en la cercana urbanización Nueva Sierra) que se animan a formar parte del montaje y puesta en escena de esta singular iniciativa. «Tuvimos alguna edición en la que hubo mayor escasez de personajes, pero llevamos dos años en los que quiere participar un montón de gente», celebra Alfredo Sánchez.
Precisamente, el auge y la buen salud que goza esta espectacular tradición ha llevado a la organización a plantearse la posibilidad de optar a la declaración de Fiesta Turístico de Interés Regional. «Nos gustaría mucho y pensamos que podemos conseguirlo», concluye ilusionado este vecino.