La apertura de Castrejón inunda 40 hectáreas de una finca

C. S. Jara
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Soto de la Isla ha perdido al menos ocho hectáreas de tierra arrastrada por el agua de la presa, que ha inundado una minicentral eléctrica. La propiedad denuncia la apertura de la presa sin regulación, sin avisar y de noche

La apertura de Castrejón inunda 40 hectáreas de una finca

La propiedad de la finca talaverana Soto de la Isla, junto a Montearagón, no daba crédito de la situación que se encontró el lunes. La apertura de las compuertas del embalse de Castrejón ha inundado al menos 40 de sus 180 hectáreas y ha dejado daños importantes. Entre ellos el arrastre de entre ocho y diez hectáreas de tierras de cultivo, desaparecidas literalmente por el arrastre de la fuerza del agua, que  ha ahondado dos metros el manto del terreno. Lo explicaba ayer a La Tribuna su propietario, el empresario talaverano José María Ortiz, impactado tras ver el río que atraviesa su finca con una inundación que todavía puede dejar más daños si sigue arrastrando lo que hasta hace pocos días era una fértil tierra de cultivo.

Ayer mismo un notario levantaba acta de los daños registrados hasta ahora, el primer paso para reclamarlos. Entre ellos se encuentran los causados en una minicentral eléctrica situada en la misma finca, cuyo alcance no se puede valorar, ya que la zona permanece inundada y no se puede acceder a la misma. Varias torretas de la luz desde las que se canaliza la energía que generan las turbinas de la central están prácticamente arrancadas, lo que hace temer las consecuencias que pueda tener el alud para las instalaciones contiguas. 

Con todo, para Ortiz el peor daño es el que se pudo causar, porque asegura que la apertura de la presa situada en el cauce del Tajo se realizó sin regulación, sin avisar y de noche. «¿Y si hubiera habido alguna persona? ¿qué habría pasado si pilla a alguien cazando o pescando?», se pregunta el empresario. 

Con el susto en el cuerpo, Ortiz se queja de una actuación que no sabe todavía a quien se puede atribuir: «No se puede dejar compuertas abiertas sin considerar caudales, está muy mal hecho», sostiene ante un problema que cree puede haber afectado a otras fincas próximas, situadas también en las inmediaciones de la presa de Castrejón. 

Hasta ahora, Soto de la Isla no había sufrido nunca inundaciones y con la que soporta desde el lunes su propietario quiere reclamar los daños causados. Podrá evaluarlos cuando cese la riada de agua, que ayer seguía corriendo con fuerza, aunque va perdiendo altura. «Hay unos sistemas de regulación y prevención que no se han llevado a cabo», sostiene.

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