Desde sables de la Fábrica de Armas de Toledo, a cerámica de Talavera y Puente del Arzobispo, pasando por monedas antiguas, postales y hasta damasquino; cualquier objeto con origen en la ciudad o la provincia. Toledanos y turistas recuperan la oportunidad de acceder a antigüedades en la ciudad en un nuevo espacio muy especial, la que fuera sala de té a principios de siglo XX en la calle Tendillas, un local en el que los visitantes pueden gozar en el techo de un fresco nada menos que del pintor toledano José Vera.
En realidad este es tan solo un nuevo local para un antiguo negocio. Pedro Rodríguez suelta sobre su escritorio un libro de cuchillería histórica para atender en inglés a unas turistas interesadas en unos platos de Ruiz de Luna decorados con perdices. «Yo no entiendo mucho de nada, solo un poquito de bastantes cosas», afirma con modestia cuando nos quedamos solos, algo complicado en un nuevo espacio abierto, por el que constantemente entran clientes a curiosear.
Él comenzó en el mundo de las antigüedades en mayo de 2000 con su tío Julio Linares, en el histórico espacio de Reyes Católicos, junto a la plaza de Barrio Nuevo.
La cerámica tiene un lugar reservado en la tienda. - Foto: Yolanda LanchaPero como tantos otros negocios, la pandemia se llevó por delante esta tienda de objetos históricos. Ante la perspectiva de tener que seguir pagando un elevado alquiler decidió echar la llave y buscarse otro empleo. Hasta que tres años después ha podido volver a emprender la actividad en un nuevo emplazamiento, ya desde el pasado mes de septiembre de forma periódica por las mañanas.
Local histórico. Este nuevo negocio está situado en la calle Tendillas, en la subida natural de muchas personas desde el remonte mecánico de Recaredo.
Muchos toledanos lo conocían por las flores blancas de su fachada verde, o porque se han quedado admirados de las pinturas de su techo cuando han visitado algunos de los diversos negocios que allí se han establecido.
La espadería toledana tampoco podía faltar. - Foto: Yolanda LanchaEl espacio, recuerda Rodríguez, fue a principios del siglo XX un salón de té. De aquel entonces proceden los frescos del techo, pintados por José Vera, padre de Enrique Vera, que «son prácticamente las únicas pinturas modernistas que hay en Toledo». Son similares a las del salón de Plenos del Ayuntamiento, pintadas por el mismo artista. Recogen unas mujeres vestidas al estilo oriental, a las que rodean varios angelitos y Rodríguez invita a todos a que las contemplen cuando pasan por Tendillas. El local fue también sastrería, frutería, tienda de ultramarinos y una cafetería take-away. Después estuvo cerrado años, hasta la apertura de la tienda de antigüedades.
Y este no es el único empleo de Rodríguez, que por las tardes también perito judicial tasador.