En la agenda política de hoy de la concejala de Asuntos Sociales, Inclusión, Familia y Mayores, Marisol Illescas, no figuraba pronunciarse más allá del anuncio del futuro III Plan de Igualdad del Ayuntamiento, pero tuvo que pronunciarse sobre un desagradable episodio ocurrido durante la celebración de la concentración contra la violencia machista, convocada por la Plataforma 8-M el lunes por la tarde.

Illescas consideró «de actualidad» explicar lo sucedido cuando asistió a la convocatoria acompañada de su hija de catorce años y de la edil de Obras, Servicios, Parques y Jardines, Loreto Molina. «No estuvo bien que nos viéramos atacadas por otras mujeres y  me increparan para que nos fuéramos», relató la concejala sin disimular su disgusto por lo ocurrido.

Sobre este asunto, relató que acudió a la concentración convocada contra la violencia machista como representante del Ayuntamiento de Toledo e intentó convencer a las asistentes de que, en cualquier caso, también podía estar allí como mujer «que lucha, se cree y ve necesaria la lucha contra la violencia de género».

Illescas aseguró que en esos momentos «estaba trabajando y cumpliendo con el mandato del alcalde, ya que él quiere que participemos y demos visibilidad». También Velázquez condenó estas actitudes y mostró su solidaridad con sus compañeras del equipo de Gobierno.

La edil subrayó también que seguirá asistiendo y yendo «donde haya personas luchando», como ya hacía antes de su cargo municipal.

«La violencia de género existe y tenemos que luchar», apuntó y cree que la mejor fórmula es a través «de la unión y del consenso». Sin embargo, tildó lo ocurrido «de espectáculo» en medio de un acto «para protestar enérgicamente contra el asesinato de 26 mujeres, algo muy serio».

La responsable municipal no quiso entrar en detalles sobre lo ocurrido, pero considera injusto «que ocurran estas cosas porque piensas así o votas a un partido» ni si la actitud que denuncia es fruto del pacto de gobierno con Vox. 

«No tenemos que darle más publicidad a todo esto, lo importante es la condena a los asesinatos de 26 mujeres, y no lo anecdótico», apuntó y recalcó que sufrió porque se encontraba su hija, una menor de 14 años, presenciando la tensión. «Lo que más me dolió fue que mi hija me dijera que ella me tenía que haber defendido». Por último, lanzó  un mensaje «para todas y todos porque no hay que agachar la cabeza cuando alguien te agrede, hay que levantarse, plantar cara y decir aquí estoy. Si creo en algo no me voy a esconder».