El inicio de las obras de remodelación del edificio de la Delegación del Gobierno, sito en la plaza de Zocodover, trasladará las paradas de autobús que se sitúan en el céntrico ágora de la ciudad hasta la calle Gerardo Lobo. El tiempo estimado de la reforma se extiende durante dos años, un lapso prolongado que servirá de «laboratorio de pruebas», explica Iñaki Jiménez, concejal de Movilidad y Transportes, para la nueva movilidad de la capital regional.

El representante del equipo de Gobierno recuerda que son 593 los autobuses que transitan cada día por Zocodover, una cifra que la Administración municipal confía en reducir. Aunque el propio Jiménez explica que en el seno del Ejecutivo municipal no hay una postura unánime al respecto, sus intenciones apuntan a un recorte del tránsito de estos vehículos de gran tamaño por una de las zonas más concurridas de la ciudad. «Es una barbaridad», dice el edil sobre la cifra de colectivos que atraviesan Zocodover. Además, remarca el «peligro de atropello» que existe en días de especial afluencia por motivos de ocio y recuerda la estrechez de algunas de las aceras que conducen a la plaza.

«Es una posibilidad», añade Jiménez. Además, el contrato del servicio de transporte urbano apura su vigencia y saldrá a licitación a finales de año. La posibilidad de que unas líneas «suban» y otras no, o de que lo hagan en «horas punta» y no en otros horarios se antoja como un escenario potencial de cara al futuro. «Esto nos va a venir bien para verlo», asegura Jiménez, quien abre la puerta a un nuevo marco.