El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, ha reclamado este miércoles a los países que forman el grupo de Ramstein que suministren más sistemas de defensa antiaérea y misiles de largo alcance para "ganar la batalla del invierno", tras exponer que Moscú plantea una guerra de desgaste con ataques a la red energética ucraniana.
En declaraciones desde la sede de la OTAN, donde tiene lugar la reunión de la coalición de más de 50 países aliados de Ucrania en el marco de la invasión rusa, el mandatario ucraniano ha señalado que llevará al encuentro las "prioridades" de Defensa de Ucrania y "peticiones concretas" como sistemas de defensa y misiles de largo alcance.
"Necesitamos (los equipos militares) en puntos concretos del territorio para proteger a nuestro pueblo, salvar la red energética y las rutas de exportación de grano", ha asegurado respecto a los sistemas antiaéreos, al tiempo que ha puesto el acento en que con misiles de largo alcance Ucrania estará también en disposición de hacer retroceder a Rusia, en lo que se ha convertido un escenario de guerra de artillería.
"Sacar la guerra de la frontera de la OTAN"
Ya dentro de la reunión, el mandatario ucraniano ha insistido a los socios de Kiev en "dar pasos que salven vidas", poniendo el foco en "ganar la batalla del invierno contra el terror ruso". "Ucrania puede y va a sobrevivir, pero es importante sacar el instrumento del terror de las manos de Rusia", ha expuesto, momento en el que ha comparado a Vladimir Putin con el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
Esto, según el líder ucraniano, no solo irá en beneficio de un "final justo" para Kiev sino de todos los aliados de la OTAN que "apartarán la guerra de sus fronteras". "Los misiles no caerán en Polonia, en Rumanía si no superan el cielo ucraniano", ha incidido.
Junto a Zelenski, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha mostrado el apoyo de los aliados a Kiev "el tiempo que haga falta", avanzando que del encuentro del grupo de Ramstein saldrán más compromisos.
El ex primer ministro noruego ha avisado de que Vladimir Putin pretende usar el invierno "como arma de guerra" y los miembros de la OTAN deben "prevenir" esta situación e incrementar las capacidades defensivas ucranianas, insistiendo en que el foco debe ser proteger la economía de Ucrania y permitir que funcione como un país normal.
"Vuestra lucha es nuestra lucha. Vuestra seguridad es nuestra seguridad y vuestros valores son nuestros valores. Estaremos junto a Ucrania todo el tiempo que haga falta", ha zanjado Stoltenberg.
El mandatario ucraniano ha viajado este martes por sorpresa a Bélgica para participar en la sede de la OTAN en la reunión del grupo Ramstein, la coalición de 50 países liderada por Estados Unidos, que presta ayuda militar a Kiev en el contexto de la invasión rusa de Ucrania. El encuentro busca renovar el apoyo militar a largo plazo a Ucrania, despejando así las primeras grietas surgidas entre aliados, con la vista puesta en mandar una señal firme frente a Rusia y evitar que el conflicto se cronifique.
Apoyo a Ucrania y ofensiva de Hamás
Su visita, la primera a la sede de la OTAN desde el inicio de la guerra en Ucrania, tiene especial relevancia en un momento en el que la ofensiva sin precedentes de Hamás contra Israel amenaza con eclipsar el apoyo militar a Ucrania. Pese a que Zelenski ha comparado ante sus socios las acciones del grupo islamista con las del Ejército ruso, en la OTAN son más cautos a la hora de relacionar ambas situaciones y optan mantener un perfil bajo.
A su llegada al encuentro el ministro de Defensa canadiense, Bill Blair, ha asegurado que los aliados están enfocados en darle cuanta asistencia como pueda a Kiev, pero ha explicado que la situación en Ucrania "no es lo mismo" que el escenario en Oriente Próximo, al tratarse uno de una incursión terrorista y lo otro la invasión de un país extranjero.
Por su parte, la titular de Defensa de Países Bajos, Kajsa Ollongren, ha querido mandar un mensaje de respaldo a Ucrania, subrayando que "a la vista del ataque a Israel, la guerra en Ucrania sigue teniendo la atención" de los aliados, que mantendrán el apoyo a largo plazo. A su juicio, el conflicto en Ucrania "no es regional" y está en juego la seguridad de toda Europa.