Castilla-La Mancha es la región del mundo con mayor producción de vino, pero no es solo cuestión de cantidad, sino también de calidad. Esta comunidad autónoma cuenta con una IGP y nueve denominaciones de origen protegidas (DOP) al uso, entre las que se encuentran algunas tan conocidas como La Mancha, la más extensa de España. Pero en el otro extremo -en cuanto a superficie- se cuentan una docena de vinos de pago, que también son DOP, pero con un punto extra de exclusividad por lo limitado de su producción, ya que el ámbito geográfico de esta figura de calidad es muy reducido y, en consecuencia, también las hectáreas de viñedo.
En cualquier caso, todos ellos (IGP, DOPs «normales» y vinos de pago) están amparados por la marca del Gobierno regional Campo y Alma. Este es un marchamo que lucen todos los productos castellano-manchegos que están protegidos por alguna figura de calidad y con él el Ejecutivo trata de dar visibilidad a todos esos alimentos y bebidas dentro y fuera de la región, destacando así la importancia del trabajo diario de agricultores, ganaderos e industria transformadora, pilares indiscutibles de tejido social en el mundo rural.
Pero, ¿qué es exactamente un vino de pago? Esta figura está regulada por el decreto 127/2000 del 1 de agosto de 2000 y se trata de vinos que garantizan que la uva con la que se elaboran procede de una zona geográfica perfectamente delimitada y muy reducida (normalmente perteneciente a una sola bodega) que cuenta con características edáficas y climáticas específicas que la diferencian otras áreas próximas.
Los vinos de pago son únicos gracias a estas especificidades, pero también debido a los rigurosos requisitos de calidad que deben cumplir las bodegas para poder lucir el sello de esta figura de calidad en sus botellas. Este marcado carácter, unido a lo reducido de su producción, hacen que estemos ante unos vinos de enorme exclusividad que nunca defraudan las expectativas de los consumidores.
De Castilla-La Mancha es, precisamente, el primer vino de pago que hubo en España. Concretamente se trata de Finca Élez, que consiguió este reconocimiento en 2002. Pero desde entonces 11 vinos más de nuestra comunidad han conseguido esta figura de calidad, todos ellos buscados y apreciados por los aficionados a la enología.
Pago Florentino.
Cuenta con 58 hectáreas de viñedo propio en la Finca La Solana, situada en la localidad manchega de Malagón (Ciudad Real). Viñedo situado al pie de una colina, protegido al norte con una sierra y orientado al sur, hacia dos lagunas naturales, de suelo con galets en superficie y subsuelo con arcillas y una capa de pizarra por debajo. Las variedades de uva cultivadas son tintas, siendo la principal y mayoritaria la cencibel o tempranillo aunque cuanta también con algo de syrah y petit verdot. Los vinos de Pago Florentino se caracterizan por un color cereza de alta intensidad con ribetes violáceos, aromas a frutas muy maduras ensambladas con torrefactos variados y recuerdos minerales y especiados. En boca aparecen de nuevo frutas maduras acomplejadas con vainilla y suave canela, además de sensaciones balsámicas y aterciopeladas.
Exclusividad en cada copa
Dehesa del Carrizal.
Está situada en los Montes de Toledo (Retuerta de Bullaque), cerca del Parque Nacional de Cabañeros, entre las cuencas de los ríos Tajo y Guadiana. La singularidad del enclave, los suelos y el clima hacen que se obtengan vinos excepcionales. Dehesa del Carrizal se asienta en una zona de clima mediterráneo templado con influencia atlántica. Un microclima que permite una lenta y armoniosa maduración de la uva, con un amplio rango de temperaturas entre el día y la noche y una media de mínimas suave. El proyecto arranca en 1986 con la plantación de ocho hectáreas de cabernet sauvignon, ampliadas hasta las 26,4 actuales con las que se han sumado variedades como chardonnay (blanca) y las tintas cabernet sauvignon, merlot, petit verdot, syrah y tempranillo.
Exclusividad en cada copaDominio de Valdepusa.
Esta DOP está situada en el término toledano de Malpica de Tajo. Actualmente, cuenta con alrededor de 50 hectáreas de viñas que incluyen las variedades tintas cabernet sauvignon, syrah, petit verdot, merlot y graciano, con las que se elaboran vinos monovarietales y otros fruto del ensamblaje de diferentes uvas. En ambos casos expresan la personalidad y mineralidad del pago Dominio de Valdepusa. La arcilla de los suelos aporta poder, complejidad e intensidad a sus vinos, mientras que el subsuelo de pura caliza confiere elegancia, sabor mineral y textura aterciopelada a sus taninos. Su producción actual de 300.000 botellas se centra exclusivamente en vinos tintos hechos con uva procedente de viñedo.
Finca Élez.
Cuenta con un total de 38 hectáreas de viñedo ubicados en plena Sierra de Alcaraz, (El Bonillo, Albacete) a 1.080 metros de altitud, con unas características edafológicas únicas que se expresan en unos suelos pobres, superficiales, pedregosos, poco profundos, bien drenados y calizos, que regulan muy bien la vegetación de las viñas y su vigor, produciendo rendimientos bajos. El clima es extremo, con gélidos inviernos y veranos muy calurosos, escasas lluvias y grandes periodos de sequía. Los vinos de Finca Élez se caracterizan por un equilibrio entre una buena acidez y el grado alcohólico, que suele ser relativamente elevado, dando vinos más frescos y mejor adaptados para el envejecimiento. Presentan toques florales y minerales, y son más continentales que mediterráneos.
Exclusividad en cada copa
Los Cerrillos.
Se sitúa en el municipio de Argamasilla de Alba (Ciudad Real). Las calizas duras, margas y arcillas ocres, permiten obtener unos vinos bien coloreados y con la mineralización característica, llegando hasta 18 puntos de color. El viñedo de Los Cerrillos está ubicado junto al embalse de Peñarroya, a una altitud de 695 metros y rodeado de cerros que hacen que sea una zona fresca, que junto con la vendimia tardía favorece la fotosíntesis, la composición de la baya y los azúcares, produciendo una reducción del pH, un aumento del nivel de acidez, un índice de polifenoles totales de hasta 80 y una mayor concentración de antocianos, de hasta 800 miligramos. Trabajan 40 hectáreas de viñedo plantado con las variedades tempranillo, cabernet sauvignon, petit verdot y syrah.
Exclusividad en cada copa
Calzadilla.
Son poco más de 13 hectáreas distribuidas en distintas parcelas del término municipal de Huete (Cuenca). Su ubicación y la singularidad del suelo, altamente calizo, hacen que sea una zona fresca, ideal para la calidad de las uvas porque maduran lenta y homogéneamente con una mineralización característica. El vino producido en esta DOP tiene una intensa mineralidad, aromas a sotobosque, preservación de los aromas afrutados y colores vivos e intensos aun con el paso del tiempo, ya que mantienen una intensidad de color superior a 10 puntos, incluso transcurrido un periodo de crianza de 8 meses. Las variedades de uva en Pago Calzadilla son tempranillo o cencibel, cabernet sauvignon, garnacha y syrah, todas ellas tintas, ya que se elaboran exclusivamente vinos tintos.
Exclusividad en cada copaPago Campo de La Guardia.
Esta DOP ocupa 81 hectáreas de viñedo con las que se elaboran vinos de gran calidad distribuidas en distintas parcelas situadas en la población de La Guardia (Toledo). Los tintos se caracterizan por ser de capa media-alta, brillantes y densos, complejos, con volumen, potentes, de largo postgusto y sabrosos; se utilizan las variedades tempranillo, cabernet sauvignon, petit verdot, merlot, malbec y syrah. En el caso de los blancos, la variedad chardonnay es la única con la que trabaja esta bodega. Se comenzó a plantar viñedo en 1990 y la bodega terminó de construirse en 2002, obteniendo ya en 2009 la calificación de vino de pago que acredita la enorme calidad de los vinos que sacan todos los años al mercado.
Pago Casa del Blanco.
Los viñedos y la bodega están ubicados en el municipio de Manzanares (Ciudad Real), en plena comarca natural de La Mancha. Se reconoció como vino de pago en 2010 gracias a vinos que reflejan con valor la esencia de una tierra que ha sido labrada y cultivada durante cientos de años. La finca de Casa del Blanco tiene una extensión aproximada de unas 2.200 hectáreas, de las cuales tan solo 150 son de viñedos propios, en los que se cultivan las variedades tempranillo, cabernet sauvignon, merlot, syrah, petit verdot, malbec, cabernet franc, garnacha, airén, sauvignon blanc y chardonnay. Todo ello en pequeñas parcelas individuales que facilitan obtener los máximos y mejores rendimientos de cada cepa.
Exclusividad en cada copa
Pago de La Jaraba.
Está situada en el paraje histórico del mismo nombre, entre los términos de Villarrobledo y El Provencio, en pleno corazón de Castilla-La Mancha. La situación de los viñedos, en gran parte arropados por 92 hectáreas de monte compuesto de encina y pino, proporciona un microclima particular favorable al buen desarrollo de la vid, liberándolo en gran medida del estrés hídrico que supone el viento cálido y seco de Levante, lo que permite alargar el proceso de maduración de la uva y permitiendo, por tanto, mayor aporte de materia colorante, taninos de calidad y aromas en el fruto. Gracias a estas ventajas climáticas estamos ante vinos intensos, aromáticos, balsámicos, amplios y con un marcador efectivo diferenciador en cuanto la concentración de estroncio.
Exclusividad en cada copaPago Guijoso.
Son únicamente 12 parcelas de viñedo ubicadas en el término municipal de El Bonillo (Albacete), en el límite entre las provincias de Albacete y Ciudad Real, donde nace el río Guadiana. Están ubicadas a 1.100 metros, una altitud que, sumada a un clima extremo (inviernos muy fríos y con heladas abundantes y veranos calurosos) y a un particular suelo de guijarros, conceden ese carácter diferenciador y lleno de matices a sus vinos. En total son 58 hectáreas de viñedo ecológico entre algunos de los sabinares más valiosos de la Península Ibérica, con ejemplares de hasta 2.000 años. Las variedades de uva de esta DOP son chardonnay y sauvignon blanc si hablamos de blancas; y cabernet sauvignon, merlot, syrah y tempranillo en el caso de las tintas.
Vallegarcía.
Esta Denominación de Origen Protegida nace en el año 2019, tras cumplir 20 años de la plantación de las primeras viñas en la finca toledana del mismo nombre, en junio de 1999, sobre uno de los suelos más antiguos de la Península Ibérica y donde, hasta la puesta en marcha de la bodega, no existía tradición vitícola alguna. Se ubica en las cercanías del Parque Natural de Cabañeros, con una extensión de 1.521 hectáreas, en una de las mejores muestras de bosque mediterráneo húmedo del mundo. Su viñedo se asienta sobre unos suelos de origen precámbrico con un enorme potencial para producir vinos frescos y complejos, integrado en un paraje natural único que conserva una flora y una fauna de gran valor ecológico y unos paisajes de naturaleza aún intacta.
Exclusividad en cada copa
Pago del Vicario.
Se localiza en el municipio de Ciudad Real. La composición del suelo transmite un equilibrio entre los componentes y otorga a los vinos sensaciones particulares, de tal modo que resultan frescos gracias a la finura y bondad de sus taninos. Los niveles de fenoles atribuyen características estructurales importantes, pero la excelente maduración de los taninos de la piel acompañada de una llamativa madurez de las semillas contribuye a conferir a los vinos una agradable sensación en el paso por boca. La presencia del río y la proximidad de un pantano dan al entorno un mesoclima más suave, limitando las situaciones climáticas extremas, lo que suaviza la maduración de la uva y contribuye a caracterizar el perfil de aromas.
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