Las temperaturas mínimas en la ciudad de Toledo y buena parte de su territorio provincial se mantendrán al menos dos noches más por encima de los 24 grados, una barrera rebasada tanto en la jornada de ayer (24,3 grados) como en el amanecer del día de hoy (24,8 grados). Las noches tórridas que están marcando el episodio de calor de la última semana continuarán hasta el jueves. A partir del fin de semana, las previsiones auguran una leve bajada del mercurio, un descenso que también se notará en el periodo del día más llevadero y el que la inmensa mayoría de la población emplea para dormir.

La presencia de una masa de aire tórrida procedente del norte de África afecta a casi todo el territorio peninsular. Sus efectos se agravarán en las próximas horas. En algunas zonas del este y sureste de España se podrían alcanzar mínimas de hasta 30 grados, un escenario inédito. En el caso de Toledo, este fenómeno ayudará a mantener las temperaturas nocturnas en valores extremadamente elevados; además, afectará a la calidad del aire por la presencia de partículas en suspensión. La masa africana es «una de las más cálidas observadas nunca», señalan desde Meteored. Por su parte, la Agencia Estatal de Meteorología advierte de temperaturas mínimas elevadas durante un episodio que se prolongará durante 48 horas «especialmente en los valles fluviales de la mitad sur y este», un territorio que comprende el valle del Tajo que atraviesa la geografía provincial.

Toledo, por tanto, se encuentra inmersa en una secuencia de noches tropicales desde el 24 de julio. El día anterior la mínima se quedó en la capital en los 19,2 grados, pero en las noches posteriores se han superado los 20 grados, el umbral para el que se fija tal categoría. Más allá de este término aceptado por los expertos del tiempo, Meteored define las noches tórridas como «aquellas en las que no se baja de los 25 grados a lo largo de toda la noche». Una noche infernal sería la velada en la que el mercurio no cayera de 30 grados, una barrera que pese a las elevadas temperaturas que se sufren estos días aún permanece lejana.

Las altas temperaturas nocturnas afectan a la calidad del sueño y reducen el descanso efectivo. Asimismo, el estrés térmico nocturno se desencadena por la exposición continua a altas temperaturas que durante la noche permanecen por encima de los 25 grados. Los síntomas más habituales en estos casos son la fatiga, la somnolencia diurna o los problemas de concentración.

Más allá del calor que se sucede en las últimas noches, las temperaturas máximas se mantienen en valores más elevados de lo habitual en la provincia. Entre el 23 y el 28 de julio se superaron los 40 grados; un hecho que se reproducirá a lo largo de la tarde de hoy.