Blancos, pardos y morenos. Marchamo de Hispanidad

Arx Toletum
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Se ha presentado en el Museo del Ejército la exposición 'Blancos, pardos y morenos: cinco siglos de españoles de América en el ejército' a cargo de José Manuel Guerrero Acosta

Blancos, pardos y morenos. Marchamo de Hispanidad - Foto: Library of Congress

El concepto Hispanidad comienza a tomar forma en España, cuando, a partir del mil ochocientos noventa y ocho, se pierden los últimos territorios españoles en América. Escritores destacados como Maeztun, Labra, Madariaga, Menéndez Pidal o Americo Castro coinciden en que hay tres cuestiones que lo conforman: raza, religión y lengua. Sin embargo, Altamira Crevea señaló que el hispanismo está constituido por algo más que estos tres elementos, e incorpora otros como: la identidad cultural o la expansión literaria. No se trata ya solo de creencias o ideologías sino de algo vivo que evoluciona día a día y que se proyecta hacia el futuro.

En este contexto, Hispanidad puede tomarse en dos sentidos: uno concreto, y otro abstracto. Hispanidad, en el primero, quiere decir el conjunto de los pueblos o naciones que han brotado de la raíz española. En el mundo existen numerosos lugares donde se habla español, se piensa en español y en su mayoría se profesa la religión católica, y no necesitan remontarse mucho en su historia para descubrir el punto en que su propia trayectoria temporal se desgaja del gran tronco hispánico. Estas naciones, esparcidas por todo el globo, forman, junto a la madre España una singularísima colectividad, unidas por un vinculo impalpable, invisible, inmaterial, que reúne de modo tan especial a todas las naciones hispánicas sobre la tierra, ese vinculo espiritual, es la HISPANIDAD en su sentido abstracto.

Así, Hispanidad es -en una de sus más radicales dimensiones- grandeza generosa, que antes prefiere hacer donación y merced que, embolsar provecho y beneficio. Grandeza generosa fue la de España que envió a sus hijos al Nuevo Mundo a fundar naciones, no a establer factorías. Pues los españoles marchaban a América para vivir allí, para fundar, para crear allá otras 'Españas', que naturalmente cuando llegaron a la madurez se desprendieron del tronco añoso, como fruta madura del árbol nutricio.

Así, se puede afirmar con rotundidad, «que España no fue a América para traerse América a España, sino para sembrar la hispanidad en América. Razón por la que España tiene en custodia un tesoro de valor universal que pertenece a pueblos, razas y naciones diseminadas por varios continentes». En este ámbito toman carta de naturaleza las palabras de Ramiro de Maeztu, cuando afirma que: «la comunidad de la Hispanidad no es racial ni geográfica, sino espiritual».

Con esta premisa nace el concepto Hispanidad. Concepto sublime que hermana personas de distinta raza, religión e ideología que usamos un lenguaje común. Algo que muchos españoles desconocen -cuando no se avergüenzan- porque se ha enseñado mal en las escuelas, institutos y universidades.

Como colofón a esta breve disertación, señalar que, la reina regente María Cristina de Habsburgo -Lorena firmó, en nombre de su hijo Alfonso XIII, un real decreto por el que se establecía el 12 de octubre, el Día de la Fiesta Nacional para conmemorar el descubrimiento de América.