Es uno de los recién llegados, pero el trabajo es tan intenso en el CD Illescas que, en tres semanas, Júnior se ha adaptado sin problemas a la plantilla que todavía sigue siendo líder del Grupo 5 de Segunda Federación. El mediapunta insiste en que «hay que tener los pies en el suelo» y acude al manido «partido a partido» para definir el horizonte del cuadro sagreño, aunque eso sí, sin quitarse méritos: «No debemos desmerecernos».
Desde su punto de vista, el partido del domingo ante la Gimnástica Segoviana, con el liderato en juego, es un gran ejemplo de la ilusión que despierta en el plantel: «Queremos que llegue lo antes posible». El conjunto de Pablo Nozal quiere quitar ese mal sabor de boca de la última derrota en Cáceres, justo antes de acabar el año, con otra mañana histórica en el Municipal. Se juega a las 12 del mediodía.
Para él, lo más importante antes de encarar la segunda vuelta de la competición, en la que «todavía tienen que pasar muchas cosas», es que cuentan con una plantilla «muy flexible», en la que no hay «un único sistema». Recalca que tienen «muchos activos para competir a distintos equipos, sin tener que mostrarse siempre igual».
En este sentido, Júnior ha llegado a un club en el que el estilo de juego va con él. «Era reacio a estar muy lejos de casa, y he podido encontrar una situación de privilegio, con un equipo que tiene una idea y una dinámica que me gusta mucha», explica. Además, espera reencontrarse con la cara más simpática de este deporte, tras unos meses en los que reconoce que lo pasó fatal: «Venía de jugar todo con el Estepona y, de repente, me encontré sin equipo».
Es consciente de que es complicado entrar en los esquemas de Nozal, aunque ve varios resquicios por esa manera de entender el juego que se adapta a sus condiciones. Además, sabe el centrocampista que el entrenador no tiene un once fijo y que diseña los equipos titulares en función del rival y de las características de cada futbolista: «Vengo a entrenar a tope y soy ambicioso, así que espero aportar lo máximo posible; y cuando no me toque, aplaudiré como el que más».
Júnior ya ha podido vivir el ambiente del Campo Municipal de Deportes, ya que llevaba varias semanas ejercitándose con sus compañeros antes de oficializar su fichaje, y es algo que agradece, ya que «el jugador lo que quiere es sentirse arropado». No miente si dice que le ha sorprendido esta respuesta, al ver «una afición de un equipo de un pueblo tan implicada».
Luis Antonio Martínez Mateo tiene el apodo de Júnior porque se llama exactamente igual. Reconoce que hasta su familia le llama así. El mediapunta confiesa haber encontrado su sitio sin problemas. Molina, con quien coincidió en el Leganés B, fue su cicerone, pero dice haber visto una plantilla con un nivel de activación «muy alto en todos sus componentes».
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