Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


Por eso te vota Chapote

21/06/2024

Se hizo el ofendido nuestro presidente, por aquella frase que se puso de moda en las últimas elecciones generales: «QUE TE VOTE CHAPOTE». Ojala esa indignación no hubiera tenido fundamento, hubiera respondido al enfado de una persona con dignidad que se ve acusada injustamente. Desgraciadamente la realidad es que había motivos más que sobrados para usar aquella expresión. Lo había entonces y se han acrecentado más cada día que ha pasado.
¿Cómo no le va a votar Chapote, Puigdemont y demás patulea? Chapote acaba de ser condenado por la Audiencia Nacional a ciento diez años de cárcel por el asesinato de Manuel Zamarreño. Parece que ya están estudiando el tercer grado. La mayoría de los presos etarras  condenados, incluso por asesinatos múltiples, les han mandado al País Vasco para que sean sus paisanos quienes les pongan en libertad a través de regalarles el tercer grado penitenciario.
A los golpistas catalanes le ha cambiado el código penal, para que trincar como lo hacen ellos, no sea delito; a los que ha condenado el Tribunal Supremo, los ha indultado y para que los fugados no se tengan que ver en manos de 'la Justicia', los 'acogen a sagrado' con la ley de amnistía. Pero aún van más allá: por si pese a toda esa maraña de cambios legales, a algún juez se le ocurriera tocar un pelo a un separatista, han colocado en la judicatura los miembros que tienen la cintura con más circunferencia y más amor al pesebre. Prestidigitadores con la habilidad y poca vergüenza necesaria para convertir las leyes en una farfolla, que cuando se aplica a los suyos les convierte en santos y cuando se aplica a los contrarios, en diablos.
¿Cómo no los va a votar Chapote, Puigdemont y toda la delincuencia de España? Dadas las andanzas del personaje, es la cosa más normal del mundo. Lo que ya no me parece tan normal, es que haya millones de españoles que no delinquen, que no ocupen propiedades ajenas, que trabajan, que nutren las interminables listas de espera de los hospitales, que tienen hijos que a lo más que pueden aspirar, es a un contrato temporal de camarero, hijos que tienen que volver a casa de los padres porque no pueden pagarse la mínima expresión de lo que ahora llaman 'solución habitacional' y que residen en territorios a los que esquilman para con su producto, comprar votos en otros territorio. Que esta gente siga ayudando a afilar el hacha del verdugo, es algo que no es fácil de comprender. 
El problema es que el deterioro de España, por mucho que se empeñen en taparlo, ya nos está afectando, y los problemas que están creando, no son de los que se soluciona en tres días: tenemos déficit de sanitarios, sobre todos médicos, pero un médico no se fabrica en un cuarto de hora, aunque bajen el nivel, hasta aprobar a quienes escriben burro con hache. Una 'solución habitacional' digna de ese nombre, tampoco se construye en un rato perdido. Porque hay que preparar las infraestructuras primero y para ello es imprescindible llamar a unas cuantas 'ventanillas', aunque sean telemáticas, que salgan al paso y vaciar el bolsillo en cada una de ellas.
Sé que este oprobio pasará como pasó la peste, pero nos dejará un recuerdo amargo que tardaremos mucho en olvidar.