María José Estopa intentó engañar a la Policía Nacional cuando fue interceptada el martes en un lavadero de coches de la plaza Elíptica de Madrid. Quiso pasar como víctima de un secuestro. Pero no coló. Los agentes le atribuían la participación esa misma mañana en el asesinato de Borja Villacís. Enseguida transcendió el vínculo de la mujer con Bargas.

Los antecedentes policiales de María José en la Guardia Civil unen también a esta mujer con el municipio toledano. Los agentes de Bargas investigaron a la madre de Kévin, de 52 años, por malos tratos en 2009. También consta como investigada por amenazas y lesiones en esta misma localidad, sin una fecha de referencia. La hoja de antecentes en la provincia queda completada con una detención por un robo con fuerza en Gerindote en el año 2015.

El rastro de María José ha viajado también por otras partes de España, como en Miranda de Ebro (Burgos) y en la comunidad autónoma de La Rioja.

Borja Villacís había alquilado un vehículo Citröen C3 blanco junto con su amigo -Luis, un hombre de 43 años y nacionalidad española que resultó herido grave- para encontrarse con viejos conocidos, pertenecientes a miembros de una familia de Bargas, para discutir diferencias.

Pero al inicio de la carretera de Fuencarral al Pardo, el Citroën y el BMW chocaron intencionadamente, como reflejan los abollones de ambos vehículos. De ellos se apearon sus ocupantes. Ante la sorpresa de Borja, del BMW, conducido supuestamente por la mujer, salieron las otras dos personas con un subfusil de asalto y una escopeta de caza y la emprendieron a tiros contra la víctima, que quedó en la cuneta.

Los autores también dispararon contra el amigo de Villacís, que fue trasladado al hospital Fundación Jiménez Díaz por este tercer coche azul. Aunque ingresó en estado grave por herida de bala, no se teme por su vida y tendrá que declarar ante los agentes cuando se recupere. También esperan localizar a su acompañante.

Tras los disparos, el BMW salió precipitadamente del lugar, parando kilómetros después, en una rotonda situada en la carretera de Fuencarral a Alcobendas, muy cerca de la empresa Mediaset, al lado de un descampado.

El coche estaba abollado en su parte delantera izquierda y los airbaigs habían explotado, muy posiblemente como consecuencia de los golpes con el Citröen. Este hecho y las extrañas maniobras que realizaban tras apearse de él sus otros dos ocupantes alertaron a los empleados de una oficina cercana y a residentes en un hotel situado también enfrente, que avisaron al 091.

Así, relataron a los agentes que una mujer y un hombre estaban cambiando las placas de matrícula del coche en el que iban por otras. Uno de ellos saltó un murete y escondió las placas viejas junto a un árbol.

Los agentes de la Policía Nacional también se trasladaron al descampado y lo examinaron minuciosamente, hallando las matrículas cambiadas del BMW y las armas de fuego utilizadas en un cajón de madera tras unos montículos de escombros, entre ellas un fusil de asalto del calibre 7,62 milímetros y una escopeta de caza de calibre 12.

María José lucía un vestido muy llamativo de flores. Tras las descripciones facilitadas por los testigos tanto del lugar del crimen como del cambio de placas, la mujer conductora del BMW fue detenida en el lavadero de coche de la plaza Elíptica de Madrid. Acumula muchos antecedentes policiales y un arresto reciente por parte de la Guardia Civil.