Rafael Álvarez 'El Brujo' ha abarrotado este viernes y sábado el Teatro de Rojas de Toledo con la primera representación de su espectáculo 'El viaje del monstruo fiero', con la que este mago de la comedia ha vuelto ha colgar el cartel de 'no hay entradas' .
Con una puesta en escena sobria, acompañado tan sólo por la música de Javier Alejano, que unas veces hacía al violín y otras, al pandero, 'El Brujo' transitó por textos de Cervantes, Lope de Vega o Shakespeare, que combinó de forma desordenada con los místicos San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.
El espectáculo, que gira en torno a la loa «¿cuál es aquel monstruo fiero que nació de nobles padres y parió una madre sola y de muchas madres nace?» que lanzó Lope de Vega en 1607, arrancó con un recuerdo a otro de los grandes de la escena española, Fernando Fernán Gómez.
Con un perpetuo «me van siguiendo», con el que intenta evitar que el público se pierda entre tanto ir y venir de una historia a otra, este catedrático del monólogo hilvanó el legado de los clásicos con temas de rabiosa actualidad política, como ya es costumbre en sus puestas en escena.
Así, la llegada de Nadia Calviño al Banco Europeo de Inversiones o los desencuentros entre Pedro Sánchez y Emiliano García-Page, a los que parangonó con Don Quijote y Sancho Panza, centraron buena parte de los innumerables chascarrillos que lanzó con agudeza, dejando de manifiesto su honda preocupación por saber «quién va a pagar al relator y cuánto va a cobrar», en relación al diplomático salvadoreño que mediará entre el PSOE y Junts.
Isabel Díaz Ayuso, y su gustó por la fruta, el perfil ecologista del actual ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que según 'El Brujo' «llenará los teatros de zorros, ratones y patos», Puigdemont, Esperanza Aguirre, Aznar o la Reina Letizia tampoco escaparon de las chanzas de este juglar del siglo XXI.
Y jugando al despiste, entre lo que es improvisación y espectáculo, Rafael Álvarez se encumbró con una actuación que rozó las dos horas, y que terminó animando al entregado público que llenó el que fuera Mesón de la Fruta, nombre del corral de comedias de Toledo que antecedió al actual Teatro de Rojas, a que «viva sin miedo».