Eunice Raquel se sentó ayer apenas dos minutos frente al tribunal de la Audiencia Provincial. Sus tres síes sin resuello ratificaban su conformidad con el acuerdo alcanzado entre su abogado, la Fiscalía y la acusación particular. Esta nicaragüense reconocía un delito continuado de estafa contra Maxi, un vecino de Olías del Rey cuya vida se desarmó la Nochevieja de 1976. Por entonces, un fatal accidente de tráfico le causó un traumatismo en la cabeza con unas graves secuelas neurológicas y una hemiplejia. Con los años, la víctima experimentó una fobia a salir de su domicilio y pasó años sin pisar la calle.
En 2011, Maxi necesitaba una cuidadora y una limpiadora en la casa. Se cruzó en su vida Eunice Raquel, a quien le confió la contraseña y las claves bancarias para disponer de su sueldo mensual de 600 euros, más los gastos personales y de alimentación del enfermo.
Toñi, sobrina segunda de Maxi, recibía llamadas diarias de su familiar. Por eso, el silencio en enero de 2019 le pareció sospechoso y acudió a la vivienda. Allí halló unas pésimas condiciones de salubridad. Y lo más grave: el estado precario de higiene de su pariente.
Maxi tenía el pelo largo y sucio tras meses sin higiene. Los pliegues abdominales e inguinal estaban enrojecidos y desprendían olor.
Pero Eunice Raquel compareció ayer en la sección primera de la Audiencia Provincial por otro motivo. La Fiscalía pedía inicialmente contra ella tres años de prisión por un delito continuado de estafa. La acusación particular elevaba la pena a seis años de cárcel. Sin embargo, el acuerdo alcanzado ayer establece una pena de 22 meses, por lo que la acusada, probablemente, no pise el presidio.
La conformidad fija que la procesada debe abonar los 45.000 euros que admitió haber estafado a Maxi. La Fiscalía explicaba en el escrito de acusación que la mujer se aprovechó de que disponía con total libertad de la tarjeta o libreta de Maxi para extracciones periódicas sin autorización, destinadas a fines particulares de la acusada y sus familiares. Incluso transfirió dinero procedente de fondos de inversión de la víctima para disponer de más capacidad económica. Una plata utilizada también para compras en comercios o restaurantes.
Los familiares de Maxi vieron ayer satisfecho su esfuerzo de sentar en la Audiencia Provincial a Eunice Raquel. A Toledo viajó Maxi en una ambulancia costeada de su propio bolsillo (140 euros) para comparecer como testigo. No hicieron falta sus respuestas, muy probablemente confusas por su salud deteriorada.