Cuando llega el calor, la demanda de atención sanitaria baja. Lo confirma el consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Sanz: «Nadie duda de que en verano las personas se van de vacaciones, no solo los profesionales, sino también los pacientes, y declinan intervenirse, ir a la consulta, hacerse pruebas». Por eso los hospitales se ajustan a esa demanda y planifican esta temporada de verano, que para el sistema sanitario empieza el 1 de julio. 

A Fernández Sanz no le gusta hablar de cerrar camas. «Las camas se utilizan o no con arreglo a la actividad», explica, «no podemos tener camas abiertas que no van a estar siendo utilizadas, es un gasto que no nos podemos permitir». Eso sí, asegura que todas las camas están disponibles por si fuera necesario ponerlas en funcionamiento. Aclara que en verano ni se tabican pasillos ni se bajan las camas al sótano. 

Además presumió de que Castilla-La Mancha es de las comunidades que más porcentaje de camas tendrá en activo en verano, pues solo un 4 por ciento estará en situación de 'no disponible' de manera temporal. Solo Canarias tiene un dato mejor.

Otra clave del verano sanitario está en los profesionales. Fernández Sanz explicó que este año se  da la circunstancia de que  los especialistas en Medicina de Familia y Enfermería no terminan ahora su formación en residencia porque la empezaron el año del Covid en septiembre por culpa de la pandemia. «Ahora vamos a ocuparlos en las consultas en las que están trabajando y en septiembre haremos esa oferta para  conseguir que se queden en Castilla-La Mancha», explicó. Les ofertarán tres años de contrato.