El Salón Rico abre hoy casi tres años y dos millones después

Galán
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El Corral de Don Diego presume desde hoy de una renovación integral que supone el final de uno de los proyectos con mayor personalidad del Consorcio. Más allá de su remodelación o la preservación del espacio se busca que tenga continuidad cultural

El Salón Rico abre hoy casi tres años y dos millones después - Foto: Yolanda Lancha

Más de uno se frotará los ojos con fuerza este fin de semana para saber si es verdad o no lo que está viendo. Años e, incluso, siglos después el Corral de Don Diego y, especialmente, el Salón Rico que aguarda en su interior estará de nuevo abierto al público tras una profunda renovación estructural, patrimonial, sostenible y cultural.

Es una obra maestra. La del Consorcio de Toledo. No se trata de elogiar por elogiar, sino de recalcar el trabajo que se viene realizando en este entorno desde hace años, antes abandonado a su suerte, por una institución que tiene un fin muy claro, mantener y proteger el patrimonio histórico de Toledo. Con esta intervención lo ha hecho. Dos millones de euros y casi tres años de actuación han servido para dar un lavado de cara a unos metros cuadrados que a lo largo de los siglos  fueron esenciales en la ciudad y que hasta ahora estaba desaprovechado, incluso en condiciones insalubres pese a su céntrica ubicación.

Jesús Corroto, gerente del Consorcio y líder de este proyecto, revela horas antes de su inauguración oficial que a su llegada a la entidad toledana se acumulaban diversas ideas para actuar en el entorno. «Desde un hotel, tiendas, una entrada de vidrio al Salón Rico...» ennumera. Sin embargo, Corroto matiza que el éxito de este proyecto no ha sido una idea individual, sino el conjunto de intenciones de «nuestra generación», siendo posible gracias al apoyo de todas las administraciones.

El Salón Rico abre hoy casi tres años y dos millones despuésEl Salón Rico abre hoy casi tres años y dos millones después - Foto: Yolanda LanchaEl caso es que a partir de ahora se podrá acceder al entorno hasta por tres vías. El de siempre por el que se entra al corralillo, donde se encuentran locales de hostelería, por la plaza de la Magdalena. Ahora, gracias a la creación del graderío creado en la misma plaza, también se podrá acceder a ésta por la calle Trastámara, mientras que uno de los puntos fuertes del proyecto es el tercer acceso y más novedoso, por la cuesta de la Mona, creando un nuevo eje peatonal con la plaza Mayor a través del propio Corral de Don Diego.

A su vez, más allá de toda la intervención material y de remodelación de los edificios históricos, el proyecto está planteado para que tenga «vida». Tal es dicha idea que se han proyectado cinco viviendas dentro del enclave. Los apartamentos residenciales se dividen en dos plantas, en las que habrá dos inmuebles de alrededor de 68 metros cuadrados y dos habitaciones, una más pequeña «para solteros o solteras» de 41 metros cuadrados y otras dos de tres habitaciones cada una que compartirán una inmensa terraza con vistas a la plaza de 77 y 71 metros cuadrados.

Un plan de vivienda que incialmente Jesús Corroto intentó que se llevara a cabo con la fórmula de que fueran destinadas a personas instauradas en el Casco Histórico mediante negocios particulares. Sin embargo, el proceso y la complejidad de la idea dificultan ejecutarlo de tal manera. A partir de su cúlmen, el Consorcio entregará las llaves al Ayuntamiento para que esta administración sea quién lleve a cabo la correspondiente promoción. Presumiblemente, la idea es que acaben en manos de jóvenes toledanos.

El Salón Rico abre hoy casi tres años y dos millones despuésEl Salón Rico abre hoy casi tres años y dos millones después - Foto: Yolanda LanchaA pocos metros y en lo que era un edificio ajeno al proyecto inicial, pero no al plan estratégico que se extiende hasta el año 2030, se ubicará un edificio de uso administrativo que se ha hecho en tiempo exprés y con una actuación «moderna y sostenible». Corroto narra al respecto que este edificio colindante a la plaza se hallaba en un estado muy insalubre hace menos de un año, pero la adquisición en propiedad del Ayuntamiento obligó a cambiar el proyecto de urgencia para integrarlo hasta su inauguración. Su uso se destinará para oficinas y labores de gestión cultural que tengan que ver con el entorno. Sin embargo, para el dirigente del Consorcio la «sorpresa» se la llevarán los ciudadanos al entrar en su interior. Explica que por fuera mantiene su fachada original y por dentro está compuesto por madera de Cuenca, lo que conforma una «caja de música» ajena a humedades en «un sistema pionero en la ciudad con una envolvente contemporánea».

Otro de los atractivos de esta intervención tiene que ver con la alberca que presidirá la plaza. Ubicada en el mismo punto donde se encuadraba la original 50 centímetros más abajo, «se creará el mismo espejo con la puerta que planteó Diego García de Toledo en el siglo XIII». Al ser preguntado sobre el porqué no se ha creado una simulación de la cerámica que adornaba este elemento ornamental, Jesús Corroto justifica que «el planteamiento era o destacar restos arqueológicos o agua, pero las dos cosas no», por lo que optaron por la segunda opción al no conocer del todo bien las características originales.

Precisamente, la intervención arqueológica llevada a cabo bajo el suelo de la plaza permitió, entre otras cosas, descubrir el peligro de derrumbe de las bóvedas romanas que se encuentran en el subsuelo y que ya han reforzado. A su vez, se realizó un análisis científico mediante los pólenes hallados para averiguar la vegetación que allí vivió hace siglos. De ahí que se haya optado por plantar alcaparras o enredaderas, siendo esta última pequeña en la actualidad con el fin de que inunde uno de los testeros originales de verde en los próximos años.

La joya de la corona seguirá siendo el Salón Rico, donde se ubicará un museo, y donde la rehabilitación de su artesonado ha permitido conocer las raíces heráldicas del palacio de la época. Una intervención restauradora que dio a conocer los escudos de hasta cuatro caballeros (Juan Alfonso de Ajofrín, Diego García de Toledo, Diego Gómez Barroso y Pedro Suárez de Toledo y Ayala) y las relaciones que los unieron en este espacio toledano.

En definitiva, el nuevo entorno del Corral de Don Diego supone un antes y un después para la ciudad y para el Consorcio, que da a luz al trabajo de mayor personalidad e implicación desarrollado por la entidad hasta el momento. Sea cual sea la valoración  institucional o ciudadana, Jesús Corroto desea que la intervención no se quede aquí, «sino que tenga continuidad» con actividad cultural en el entorno.