El CD Toledo suma un mes sin ganar. Es demasiado tiempo para un equipo aspirante, candidato, postulante y demandante (y los sinónimos que se ocurran) del primer puesto. Eso la gente lo tiene en su cabeza, por eso, el partido de este domingo en el Salto del Caballo frente al CP Villarrobledo se presenta como la necesidad de acabar con la tendencia derrotista, porque el Tajo revuelto no trae nada bueno nunca. Y ya son unas cuantas temporadas comprobándolo.

Esta semana ha habido tirón de orejas para una plantilla a la que se le presupone otro jugo que el exprimido en los últimos encuentros, y que debe dar la talla, o por lo menos demostrar que lo intenta, ante el cuadro albacetense.

Alfredo Santaelena debe dar una vuelta de tuerca a su equipo, y no solo desde el once inicial. Da la sensación de que el factor sorpresa se ha perdido, y de que el patrón de juego a la hora de atacar se ha difuminado. Ya no saca a relucir esa pegada que maravilló a sus aficionados y a los rivales en el mejor arranque de su historia, con seis triunfos consecutivos. Toca salir ya del agujero.

Todo apunta a que Dani Simón será de nuevo el guardameta, mientras se trata a Yelco Ramos de su delicada lesión en el cuerno del menisco. En defensa, podría repetirse la de los últimos encuentros, sin descartar la entrada de Sergio González por Chinchu, para mantener a Iván González de pareja del donostiarra, y a Stevens y Luna en los laterales.

No parece que sea el momento para que el técnico madrileño cambie de nuevo alguna pieza en el medio campo. Se apuesta, por tanto, por Reguera y Rodri para la tirar de la polea. Por delante, empiezan las dudas. Quizás sí que busque otro aire arriba, con la entrada de Manu Gavilán, mientras que en los extremos también habrá cambios. Los hay siempre. Probablemente repita Tamayo, y, quizás, entre Álvaro por el otro lado.