En estos momentos en Castilla-La Mancha hay una moratoria para autorizar nuevas macrogranjas, pero el consejero de Agricultura, Julián Martínez Lizán, apunta que «es algo que hay que darle solución».
En este sentido, señala que el quid de la cuestión está en la gestión de los purines, es decir, de los residuos, que generan olores y contaminación. «Es a la postre lo que perjudica o molesta», comenta. Por eso señala que la clave es trabajar en una buena gestión de los mismos.
Defiende que es algo en lo que se viene trabajando «para hacer gestión adecuada o correcta de los purines» de modo que «no afecten al medio en que se puedan implantar». Insistió en que «lo que es importante es el mensaje de que la gestión de residuos que se puedan producir en las explotaciones van a ser tratados adecuadamente para que no supongan molestias».
Además matiza que a veces se habla de macrogranjas cuando no lo son. Explica que una explotación con dos mil cabezas de ganado no es una macrogranja, sino una explotación familiar.