Emilio Muñoz Guadix mostró una actitud poco usual a su salida de la cárcel. Paciente, atendió a todos los medios de comunicación que se le acercaron, e incluso charló un rato con las personas que se encontraban en las inmediaciones de Herrera de la Mancha. Allí, a las puertas del penal, Muñoz mostró su arrepentimiento por el crimen cometido, su convencimiento de haber pagado el precio por ello y también aprovechó para 'desmontar' los perfiles que se han trazado sobre su persona durante este tiempo.

"Yo ya he cumplido mi condena", dijo Muñoz "y, por supuesto, que estoy arrepentido, cómo no lo voy a estar. Por eso pido perdón a la familia de Anabel Segura". El reo recién puesto en libertad reconoció que es "difícil que me perdonen, porque yo no sé si lo haría", y afirmó. "Daría diez años de mi vida porque aquello no hubiera sucedido". Además, aseguró que ha pasado dieciocho años de cárcel porque cometió "un error, un error muy grave, pero yo no soy una asesino nato, como se ha dicho, solo alguien que cometió un error y lo ha pagado".

El asesino de la joven Anabel Segura no tiene miedo al rechazo de la sociedad. "La gente es como es. A quien me dé los buenos días pues se los daré y a quien no me los dé pues no pasa nada", explicó asegurando que sus planes eran "que venga mi hijo a buscarme y cobrar el paro, si nos lo dan, por lo menos una ayuda para pagar la luz".

Sobre su posible reinserción, Muñoz aseguró que en la cárcel "sólo he visto una vez a un psicólogo en 13 años, así que lo de las terapias es mentira" y afirmó que la reinserción "está en la conciencia de cada uno: si yo quiero ser bueno voy a ser bueno y si quiero ser malo, voy a ser malo"