José Manuel añadió ayer una muesca en su largo historial como delincuente. Recluso de la cárcel madrileña de Estremera, viajó en el furgón de la Guardia Civil hasta la Audiencia Provincial. Parecería un jubilado más, si no fuera por los grilletes y la escolta de policías nacionales. Cuatro agentes cubrieron la presencia de este sententón frente al magistrado Juan Ramón Brigidano. Pero el despacho fue brevísimo, propio de un hombre con tablas como acusado, que reconoció los hechos y acató los siete años y medio de prisión por un delito de robo con intimidación. «En orden a facilitar la cuestión, acepto la culpabilidad», manifestó ceremonioso.
José Manuel fue hace cinco años el huésped de la habitación 414. La Policía Nacional detuvo a este individuo el 18 de mayo de 2018 en un hotel de cuatro estrellas de Getafe (Madrid), 25 días después del atraco en una sucursal del polígono de Toledo. Se alojaba con la misma pistola usada para intimidar a la trabajadora del banco toledano y 13 cartuchos de nueve milímetros.
Los agentes habían cazado a un viejo conocido que se fugó durante un permiso carcelario para cometer el atraco en la sucursal de Eurocaja Rural de la calle de Río Alberche. José Manuel se personó el 23 de abril de 2018 en la sucursal, a las 10:37 de la mañana. Esperó pacientemente para ser atendido y preguntó a la empleada el límite de dinero dispensable.
«3.000 euros», contestó confiada la trabajadora. Acto seguido, bordeó el mostrador y se colocó junto a la empleada mostrando una pistola semiautomática de la marca 'Makarov' del calibre 9 milímetros. «No le voy a hacer daño, deme 3.000 euros», retomó la palabra.
José Manuel escondió enseguida la pistola entre la ropa para evitar llamar la atención del resto de los empleados y de los clientes. La empleada, amedrentada y ofuscada, extrajo del dispensador los 3.000 euros. Inmediatamente, el atracador le pidió que sacara otros 3.000 euros. Así hizo. El acusado salió por la puerta con los 6.000 euros.
La fuga duró menos de un mes. La Policía Nacional localizó finalmente a José Manuel en un hotel de cuatro estrellas de Getafe. Tampoco se escondió mucho porque el alojamiento se encuentra muy cerca de la Comisaría de la Policía Nacional en esta ciudad de la Comunidad de Madrid
El historial de José Manuel es largo. Una búsqueda por internet muestra informaciones de medios nacionales de hace casi 40 años sobre un delincuente atracador de bancos con el mismo nombre y dos apellidos del hombre sentado ayer en el banquillo de la Audiencia Provincial. La Fiscalía recogía en el escrito de acusación parte de las condenas que ha merecido el atracador. Después del 23 de abril de 2018 y hasta abril de 2020, fue condenado en firme en otras seis ocasiones por la comisión de un delito de robo con violencia e intimidación por el Juzgado de lo Penal número 4 de Alicante.
En este sentido, el escrito de acusación detallaba una de cinco años de prisión en 2002 en el Juzgado de lo Penal número 8 de Málaga por un delito de robo y otro de tres años por tenencia ilícita de armas; además, incluía otra de cinco años de cárcel por robo con violencia e intimidación en el Juzgado de lo Penal número 6 de Málaga en octubre de 2022.
El resto de las sentencias judiciales reseñadas ocurrieron en Madrid, Almería y Granada por delitos relacionados con el robo con violencia. El Juzgado de lo Penal número 6 de Alcalá de Henares (Madrid) acordó la refundición de las penas resultantes de parte de sus condenas.
Precisamente, la posibilidad de refundir las penas haya facilitado el reconocimiento de los hechos; la reincidencia obstruía también la posibilidad de una conformidad a la baja en los años de prisión.
El acusado deberá indemnizar con 6.000 euros a la entidad Eurocaja Rural por este atraco ocurrido hace ya más de cinco años. «Acepto lo que sus señorías estimen procedente. Y nada más», dijo José Manuel como remate de su breve intervención en el juicio en la Audiencia Provincial.