Lamentablemente, está siendo la guerra de Ucrania la que está mostrando al mundo las potencialidades de los drones. Pero más allá de lo militar, los drones tienen que jugar también un importantísimo papel en la vida civil, como quedó demostrado en la tarde de ayer en la charla que el Club Diana y Pablo Zamorano, fundador de la misma, ofrecieron en el edificio 37 del Campus de Toledo a empresarios, estudiantes, profesores y amantes en general del aeromodelismo.
Diana es la asociación de aeromodelismo de la Universidad de Castilla-La Mancha, compuesta fundamentalmente por alumnos de Ingeniería Aeroespacial. Se encarga de diseñar, financiar y fabricar un dron que se llevará a la competición Xtra Challenge en Valencia. Para ello, ha repartido el trabajo entre varios departamentos, que se encargan del perfil aerodinámico del dron, el control y electrónica, y el departamento de operaciones, que se encarga de contactar con empresas, obtención de materiales y financiación del evento. Esta última división organizó la charla de ayer. Diana tiene unos 22 socios en la actualidad y su sede en el Campus universitario de Toledo
El proyecto de dron en el que está trabajando Diana, apunta Mario Castillo, uno de sus componente, puede tener salidas en cualquier empresa que necesite de un dron ágil, maniobrable y con cámara. Aunque Aurora es una asociación sin ánimo de lucro y de momento no ha buscado aplicaciones a su trabajo, ha establecido un sistema de ventajas para sus patrocinadores, dependiendo de su inversión con el club.
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El proyecto en estos momentos continúa avanzando, con el objetivo de que el dron esté plenamente operativo para julio del próximo año, para la competición en Valencia. Están diseñadas las alas y el tren de aterrizaje. Ya se sabe la electrónica que llevará el modelo. Pero todavía no está el fuselaje, ni se ha construido el primer modelo.