Un nuevo símbolo refleja ya el refuerzo del compromiso y la solidaridad de Talavera con las personas refugiadas. Junto al mural que el año pasado se inauguró con los valores de este acto, en la zona deportiva del campo Pablo Mela, se ha plantado un árbol que representa las vidas que se inician desde cero en una nueva tierra, sembrando sus semillas y raíces, y la  importancia de la tierra de acogida como terreno fértil que permita a estas semillas madurar y dar fruto.

El acto 'Semillas de Esperanza' ha tenido lugar hoy, 20 de junio, Día Mundial de las Personas Refugiadas, donde el grupo de trabajo 'Talavera Ciudad Acogedora', conformado por Cruz Roja, Asociación Aurelio de León, Cáritas y Accem, además de la recién incorporada Creando Huellas, celebraron esta jornada de «esperanza y solidaridad» con aquellos que, «forzados por la adversidad, han tenido que dejar atrás sus hogares en busca de seguridad y una nueva oportunidad de vida».

Con el nuevo árbol, se simbolizan «las nuevas semillas en la tierra y en los corazones, la nueva vida y  el arraigo de esperanza, distintas ramas que se entrelazan en un mismo árbol».

El Día Mundial del Refugiado es una fecha proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas para honrar la fuerza, el valor y la perseverancia  de millones de personas refugiadas en todo el mundo.

Así lo destacó Aurelio de León quien animó a los presentes, siguiendo el primer artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, a comportarse «fraternalmente» los unos con los otros, porque «todos los seres humanos nacemos libres e iguales en dignidad y derechos». Así, subrayó que los refugiados, después de vivir persecuciones, conflictos y violencia, «tienen derecho a buscar el alimento, a vivir».

Solicitudes de asilo. Por su parte, David Sánchez, sacerdote de Cáritas Talavera, leyó el manifiesto que recoge «la magnitud de este desafío» a nivel internacional y detalló las cifras registradas durante el pasado año. El Ministerio del Interior de España ha publicado datos que constatan un aumento del 82% en la inmigración irregular durante 2023, con 56.852 personas llegando fuera de los puestos fronterizos habilitados. Este incremento rompe la tendencia a la baja de los dos años anteriores y es el segundo registro más alto de la serie histórica, solo superado por 2018.

A nivel mundial, el desplazamiento forzado también ha aumentado significativamente. A finales de 2023, había 117,3 millones de personas desplazadas debido a persecuciones, conflictos, violencia y violaciones de derechos humanos,  cifra que aumentó a más de 120 millones en los primeros meses de 2024.

En Castilla-La Mancha, y específicamente en Talavera de la Reina, se refleja la tendencia nacional de un incremento en la llegada de personas que buscan refugio. Según datos de Accem, en 2023 se registraron en Castilla-La Mancha un total de 5.787 solicitudes de protección internacional. De estas, 1.201 se realizaron en Toledo, donde se incluye a Talavera.

Pero más allá de las cifras, que siempre son significativas, el ejemplo de que Talavera es ciudad acogedora y tierra perfecta para iniciar una nueva vida es Jader Riascos, solicitante de asilo. Técnico en imágenes diagnósticas, con 35 años y tres niños, tuvo que abandonar su Colombia natal junto a su familia tras ser asediados por integrantes de las guerrilla de las FARC y no sentirse protegidos por las autoridades de su país, sino todo lo contrario.

«Huimos dejándolo todo, y como hay un Dios justo y bondadoso nos trajo a un país nuevo, con asociaciones como Creando Huellas que nos brindan a los solicitantes de asilo una nueva oportunidad de vida, sintiéndonos una familia más entre todos», explicó emocionado. Así, aprovechó su oportunidad para agradecer «la gran labor humanitaria que realizan los excelentes profesionales y personas de estas asociaciones para escucharte, ayudarte y orientarte».

Del mismo modo, Pepa Blázquez, concejala de Asuntos Sociales, animó a los talaveranos a unirse «en torno a una misma idea, la de la solidaridad con los refugiados, independientemente del color de su piel, su raza o su religión». A ellos, les agradeció que «aún estando en tierra ajena, sigáis sonriendo».