Fue difícil no enterarse de la tormenta si su residencia está cerca de Santo Tomé. No por la intensidad de la misma, sino porque uno de los tantos rayos que iluminaron la noche toledana impactó en el campanario de la iglesia del barrio generando que las campanas sonaran ininterrumpidamente durante cerca de media hora.

Al amanecer ya era la comidilla del barrio. Como no iban a comentar la jugada los vecinos después de ese estruendo sonoro que les impedía conciliar el sueño. Aunque los testimonios sobre el tiempo exacto que duró este ciclo del campanario difieren un poco, algunos detallaron que las campanas sonaron durante poco más de diez minutos y otros que se extendieron a lo largo de una hora, pero el comentario generalizado del vecindario es de aproximadamente media hora. 

Entre tanto testimonio vecinal, hay alguno que añade que las campanas de Santo Tomé no fueron las únicas que se desataron, ya que una mujer con residencia en la zona afirmaba en la mañana siguiente que primero empezaron a sonar de forma desmedida en el Convento de San Antonio de Padua, a unos pocos metros de la Iglesia de Santo Tomé, que poco tiempo después continuó el concierto de percusión.

Los vecinos del barrio aseguran que un rayo cayó sobre el campanario de la Iglesia de Santo Tomé. - Foto: Yolanda LanchaAfortunadamente para la mayoría, la tormenta se sucedió sobre la medianoche, lo que propició que muchos de los ciudadanos aún no hubieran iniciado su sueño. Lo que sí ha dejado más problemas es en los comercios de la zona.

Son varios los establecimientos que han sufrido fallos eléctricos a causa de la citada tormenta. Televisores, cámaras de vigilancia y, sobre todo, sistemas de seguridad con alarmas han sido las víctimas materiales de los negocios que rodean a esta zona del Casco Histórico. De hecho, en la propia iglesia su párroco confirma que los rayos causaron problemas en el sistema de las campanas, en el cuadro eléctrico y en la megafonía.

Y es que la situación era tan cercana para los vecinos que algunos lo vivieron incluso por la zona de Taller del Moro, un poco más alejada de la parroquia. En este caso relatan como vieron caer los rayos sobre el campanario a través del reflejo en los cristales de las ventanas. Algunos de estos testigos creen que los pararrayos de la iglesia no hicieron su función porque la tormenta estaba literalmente encima del templo. La realidad es que sólo fue un susto y más allá de problemas puntuales no hay que lamentar daños mayores.