Camarena en el siglo XVIII

José García Cano
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Poseía unos 1.120 habitantes (actualmente poco más de 4.000) que vivían en 280 viviendas, de las cuales 30 se encontraban arruinadas y 50 inhabitables. En 1777 se instaló allí una fábrica de hilaza de lana

Camarena en el siglo XVIII

La localidad de Camarena perteneció históricamente a la vicaría de Talavera de la Reina, separadas ambas por 84 km y distando la primera 32 km al norte de la capital provincial. En el siglo XVIII poseía unos 1.120 habitantes (actualmente poco más de 4.000) que vivían en 280 viviendas, de las cuales 30 se encontraban arruinadas y 50 inhabitables. Por lo que respecta a la estructura social de aquel siglo en Camarena nos encontramos con cuatro clérigos, un abogado, un escribano, un médico, un cirujano, dos albéitares herradores, dos barberos-sangradores, boticario, diez panaderos, tres mesoneros, dos polvoristas, así como labradores, jornaleros y algún que otro artesano. Había ocho frailes que moraban en el convento franciscano de San Francisco de Paula. En cuanto a la industria poco hay que reseñar si exceptuamos la fábrica de hilaza de lana que se instaló en 1777 por la Real Fábrica de Guadalajara, donde había hasta ochenta tornos, que hilaban más de 8.000 libras de lana anualmente; también hubo un único molino de aceite. Los bienes que pertenecían al municipio eran unas casas que servían de ayuntamiento, la carnicería y la abacería, así como unas 700 fanegas de tierra en el paraje de las Zorreras, dos prados, dos montes llamados Grande y Cantalgallo y algunos censos. Destacamos una maestra de niñas que enseñaba a coser a las mocitas de la localidad. Hubo según las crónicas un hospital que ya en el siglo XVIII carecía de renta alguna.

Sobre la historia de Camarena las informaciones dadas por aquél entonces nos hablan del origen prerromano del vocablo Camarena, asociándolo al antropónimo camarus que luego se mutaría en camarenus. En 1140 en cierto contrato de compraventa se habla de la acequia de Camarena y poco después en 1149 un personaje llamado Abdalá García, era conocido como “el de Camarena”. En la época de la Reconquista se repobló el lugar de San Nicolás de Pozuelo que sería un núcleo de población cercano a Camarena. En el año 1204 se citaban ya las alquerías de Pozuelo y Camarena como lugares independientes, aunque es posible que Camarena absorbiera ambas poblaciones. Por estas fechas la iglesia toledana compró determinadas tierras en el término de Camarena, pasando la villa a depender del arzobispado de Toledo. Curiosamente entre los siglos XII y XIII encontramos dos poblaciones que compartían un mismo nombre: Camarena de Suso y Camarena de Yuso, quizá haciendo referencia a las actuales Camarena y Camarenilla. Durante el siglo XIII diversos documentos hacen referencia a la población mozárabe que hubo en la localidad. Dentro de la religiosidad de Camarena, recordamos la tradición que cuenta que el 14 de agosto del año 1237, se apareció la imagen de Nuestra Señora de la Caridad a una joven pastora en el paraje conocido como Fuente Santa, situado cerca de la villa. Se creó una cofradía con esta advocación que ya renovó sus ordenanzas a finales del siglo XVI. Sería en 1498 se emancipó Camarena del arzobispo de Toledo, aunque posteriormente en tiempos de Felipe IV, volvió a depender de la mitra toledana ya que ésta compró de nuevo el villazgo. A mediados del siglo XVI Camarena contaba con 438 vecinos de los cuales catorce eran moriscos y dos hidalgos. La iglesia parroquial está dedicada a San Juan Bautista y a ella también pertenecían los despoblados de Boadilla, Mazarabeas, Archivel y El Rosalejo. En el siglo XVIII destacaban dentro del templo la capilla mayor y la de la Caridad, de estilo gótico, aunque las tres naves del templo eran del siglo XVI y su torre mudéjar del XV. Desde hace siglos los vecinos de Camarena se sentían orgullosos por poseer la carroza procesional de la Virgen de la Caridad, confeccionada en el XVIII con un gusto exquisito y difícil de encontrar alguna similar en toda nuestra provincia, elaborada en haya o álamo negro de talla dorada, cubierta de labores en relieve y decorada con esculturas de tamaño natural.

También destacamos el retablo de la capilla principal de 1516 donde se ubican dos pinturas realizadas por Juan de Borgoña y un Calvario obra de Copín de Holanda, con tres tallas policromadas. Su pila bautismal datada en 1520, es de piedra decorada con gallones e inscripciones en el anillo de coronación.

Otras ermitas que existían por aquél entonces eran la de la Preciosa Sangre de Jesús, la de San Pedro y la de San Sebastián. El convento antes citado de San Francisco de Paula se fundó en 1562 por algunos frailes procedentes del convento franciscano de Toledo, a los cuales ayudó el matrimonio formado por don Alonso Rodríguez y doña María Gómez, donando parte de su patrimonio entre el que se incluía su propia casa familiar donde se levantaría el convento, construyéndose la capilla mayor en el lugar donde antaño se encontraba el dormitorio de la pareja. La iglesia del convento, compuesta de una sola nave se dedicó a la Purísima Concepción de María. Poseyó también Camarena una casa de Beatas fundada por el maestro Alonso Rodríguez de Camarena a principios del siglo XVI, que se denominó de San Ildefonso, la cual a mediados del XVIII ya estaba cerrada. Por cierto destacamos el buenísimo vino que se elabora en Camarena, digno heredero de la tradición vinícola y agrícola de los vecinos de este histórico municipio toledano.