España puede presumir de ser la vanguardia de la ideología democrática. Ha explorado las simas más profundas y los espacios siderales más elevados referidos a la forma de organizarse políticamente el género humano. Estoy seguro, que estos demóstenes contemporáneos, serán estudiados en los libros de filosofía política muy pronto. Ya habrán adivinado, porque no pueden ser otros, que me refiero a los inescrutables DON PEDRO SÁNCHEZ y el honorable DON CARLES PUIGDEMONT.
¿Qué cuál es su aportación a la teoría política? Está muy claro: algo que a ningún gobernante demócrata se le había ocurrido hasta la fecha, nada menos que implantar el gobierno de la lista perdedora. Hasta ahora todos los demócratas, sin excepción, habían sostenido lo contrario: que era la opción ganadora la que asumiera las tareas de gobierno. Esta teoría ha sido superada por estos "egregios" personajes.
Para llegar a la proposición de esta innovadora postura, han contado con la impagable aportación de la avezada política, la simpar YOLANDA DÍAZ. Ha sido ella quien les ha proporcionado la levadura para el crecimiento de esta teoría, hasta el punto de superar a la que propugnaba el gobierno del ganador. Sin embargo, si como ocurre en otras ocasiones, la sociedad no vota bien, o sea, cuando no vota a los suyos, entonces entra en juego la teoría de la minoría gobernante y, en ese caso, es legítimo ocupar el gobierno aun habiendo perdido las elecciones, algo que sin ella no hubiera sido posible. La teoría de la minoría gobernante, se basa en que unas veces la sociedad vota bien y otras no. Cuando la sociedad vota bien, solo es cuando vota a los suyos.
En base a esta profunda propuesta política –seguramente incomprensible para los que somos gente vulgar- Pedro Sánchez ocupó la Moncloa después de quedar segundo en las elecciones generales, y en base a esta misma teoría política Puigdemont pretende ocupar ahora el Palau de la Generalitat. Lo que tuvimos que pagar los españoles y seguiremos pagando para multiplicar los escaños socialistas, carece de importancia, porque lo irrenunciable –para Pedro Sánchez- era llegar, estrenar el colchón que eligió con tanto esmero.
Algunos pensarán que esta moderna teoría política, necesariamente terminará en un enfrentamiento entre los dos líderes, porque el resultado de las elecciones catalanas lleva a ello. Los socialistas han ganado las elecciones catalanas y Puigdemont ha quedado segundo. Sin embargo no deben preocuparse, a ambos les interesa la colaboración hasta el punto de que los socialistas han dado el título de fuerza progresista al partido de Puigdemont, que está mucho más cerca de la extrema derecha que de la socialdemocracia. Pueden imaginar que quienes son capaces de justificar que gobierne el perdedor, lo son de cualquier cosa.
Con esta pareja de "filósofos políticos" que nos ha caído encima, no alberguen muchas esperanzas en que la legislatura se va a acortar. ¿Acaso creen que Illa o los electores catalanes tienen alguna importancia comparada con los superiores intereses de Pedro Sánchez y Puigdemont? Me imagino que Salvador Illa ya ha acudido a las elecciones con las barbas bien remojadas y hará el papel que se le mande. Al fin y al cabo solo es un peón de segunda fila, perfectamente prescindible. Un simple resultado electoral no va a impedir que estos magos de la política alcancen sus altos destinos…