Phil Foden sabe que su rendimiento en la Eurocopa no es el mismo que el que luce en el Manchester City durante el resto del año. Como sus compañeros de Inglaterra, con la excepción de honrosas excepciones, el habilidoso extremo británico vive inmerso en un fútbol sombrío e intrascendente que los jugadores de Gareth Southgate deben dejar atrás ante Suiza en cuartos de final si quieren pelear por acabar con una sequía de casi seis décadas sin conseguir títulos.
Foden lo ha jugado casi todo y ha aportado casi nada. Acumula 337 minutos de 390 posibles. Es el octavo jugador con más tiempo sobre el terreno de juego de 'los tres leones' y no ha dado asistencias, no ha marcado goles y su participación apenas ha tenido relevancia en el aburrido juego de su selección. Southgate siempre apuesta por él, pero su jugador no ha podido devolverle esa confianza y no deja de darle vueltas a qué parte de responsabilidad tiene en la situación en la que se encuentro a su entrenador.
«Lo siento por Gareth. En los entrenamientos nos dice que presionemos y que estemos arriba en el campo. A veces también tiene que venir de los jugadores. Tenemos que ser líderes y siento que en los partidos podríamos habernos unido más y haber encontrado una solución. Hemos hablado más sobre ello y si vuelve a suceder podemos encontrar una solución y adaptar nuestra presión», manifestó.
El jugador del City no se esconde a la hora de reconocer que los jugadores «tienen que asumir su culpa» y reclama algún liderazgo entre el vestuario. «El entrenador tiene un límite», aseveró. Y es que, Inglaterra anda desnortada y Foden, nombrado mejor jugador de la Premier y con 24 años, reclama la figura de un John Terry, un Steven Gerrard o un Frank Lampard.
Tal vez haya demasiada juventud entre los mejores, que aún necesitan cocerse a fuego lento para adquirir galones. Sin embargo, alguien tiene que alzar la voz.