Empezó la undécima edición del Alfarero de Plata con una agradable tarde, seis ilusiones y erales de dos ganaderías, que a la postre dieron diferente juego. Los debutantes de Victor y Marín dejaron ganas de más, los de Toros de San Román, pecaron de mansos y el toledano Esteban Gordillo dejó patente que, tiene capacidad, valor y concepto para seguir recorriendo el camino, aunque tiene que mandar en las embestidas y en su ímpetu.
Los avivadores hicieron su función en el primero de Víctor y Marin. Tras ello, Manuel Quintana quiso ponerse en los medios con un eral con mucho cuajo que brindó al respetable. Tomó demasiadas precauciones, perdiendo muchos pasos y disipando la opción de hilvanar faena. Faena a menos y con muletazos sueltos. Pasó una vez con la espada y el puntillero lo alargó todo. Saludó una ovación excesiva, y casi emprende una vuelta al ruedo.
Se coló el segundo, de Toros de San Román, en el capote de Daniel Moset, en el de Esteban Gordillo en el quite, y en el del subalterno en el tercio de banderillas. Se volvió a colar en la muleta, con más brusquedad que clase, hasta que se aburrió. Y ahí fue donde Moset tiró de oficio para intentar sacar algo en claro; pero entre coladas y miradas a tabla, se disolvió. Ovacion con saludos.
El tercero salió con la divisa a modo de birrete de doctor, y se dejó en las telas de Gordillo de salida, especialmente por el izquierdo. Manuel Troncoso se embarulló en un quite en el que no sacó las manos, y los banderilleros no anduvieron finos. Gordillo le dejó pasar por el derecho, y tragó lo suyo, con un animal que cantó de salida que el pitón era el izquierdo. Ahí, con más mando, dejó un ramillete de buenos naturales. El de Víctor y Marin tenía el viaje que tenía, y en función de donde lo llevase, se quedaba. Las ganas atropellaron a la razón por momentos y quizá se alargó demasiado, ante un animal aplaudido en el arrastre. La espada viajó desprendida, pero fue efectiva. Dos orejas quizá excesivas pero que lo posicionan en la siguiente ronda.
Abrió demasiado las embestidas Manuel Troncoso del cuarto y le hizo perder las manos. No anduvo empacado en la réplica y Restrepo no lo mejoró en el quite. Lo pasó por ambos pitones, pero faltó apretar al de San Román, que no lo hizo mal en el inicio por bajo, pero con el que no se hizo. Ovación con saludos.
El quinto también tuvo mucho cuajo, y quizá era el más bonito de los de Víctor y Marin. Cristian Restrepo hizo vibrar Villaseca y sumó méritos. Toreo firme y cabeza despejada, para una faena en la que el colombiano aprovechó su eral, dejando muletazos encajados, templados, con un toreo encajado. Gustó mucho Restrepo, aunque se puso pesado y ya emborronó la faena. Se pasó de faena y lo acusó a la hora de la suerte suprema, con un pinchazo y una estocada y varios descabellos que dejaron todo en ovación para toro en el arrastre y torero en el tercio.
Marco Antonio Peláez cerró el festejo con el tercero de Toros de San Román. Y lo hizo yéndose a la puerta de toriles. Lo libró el mexicano cuerpo a tierra. Brindó al respetable y se echó de rodillas para recoger las abantas embestidas de un animal rajado desde el principio y al que hubo de sujetar. Se afanó en estar delante, y resultó feamente volteado. No había necesidad.
FICHA DEL FESTEJO
Domingo 30 de marzo. Plaza de toros de Villaseca de la Sagra. I Alfarero de Plata 2025. Novillada sin picadores.
Erales de Toros de San Román(2º, 4º y 6º) y de Víctor y Marín.
Manuel Quintana: Ovación tras dos avisos
Daniel Moset: Ovación tras aviso
Esteban Gordillo: Dos orejas
Manuel Troncoso: Ovación
Cristian Restrepo: Ovación tras dos avisos
Marco Antonio Peláez: Silencio