Carolina Sánchez

Macguffin

Carolina Sánchez


Ya es Navidad en Toledo

05/12/2023

La Navidad ha llegado ya a Toledo y, por lo menos en mi caso, lo ha hecho de golpe, como el carrillón del reloj de las campanadas, que siempre me pilla con las uvas a medio contar.
Es cierto que ya había visto algún aviso (el 2 noviembre todos los supermercados cambiaron las chuches  de Halloween por  polvorones) y que mi agenda social lleva varios fines de semana muy por encima de mis posibilidades en cuestión de cenas y comidas (voy a empezar a proponer la opción más ligera de la merienda-cena, ante el riesgo real de no entrar en ningún vaquero en Año Nuevo). Pero hasta este sábado no he sido consciente de que la Navidad ha llegado, o más bien invadido, la ciudad.
Antes de nada, debo evitar malos entendidos: confieso que me gusta la Navidad y que considero un buen plan un chocolate con churros familiar, después de dar un paseo viendo las luces y cotilleando puestos varios. Entonces ¿a qué viene mi shock navideño? Pues a que, como he comentado al comienzo de esta columna, la Navidad, sus luces y, sobre todo, la marabunta que mueve, me ha pillado de golpe, sin aviso previo.   
Inocente de mí, el sábado, rumbo a una de estas cenas que se tienen estos días, me encontré un Toledo completamente colapsado a eso de las ocho de la noche. Imposible subir al Casco, imposible aparcar por sus alrededores, ni siquiera en los sitios solo aptos para los conductores que conocen la ciudad. Un horror de accesos cortados, puentes y rotondas en obras y filas interminables para acceder a los parking públicos. Me costó casi una hora de improperios conseguir aparcar. Nota mental para todo lo que queda de temporada: ir al Casco en autobús.
Pero no se trata solo del tráfico. Repito que no sé si será porque me ha pillado de improviso este acelerón navideño, pero creo que este año la organización se ha venido, como dirían los chavales, muy arriba. De más, añadirían algunos. Tiovivo de dos plantas en Zocodover, noria en Recaredo, puestos y más puestos en todos lados… por no hablar del amago de bola de discoteca que adorna Zocodover al ritmo de Mariah Carey, que ha tenido que bajar de decibelios por petición vecinal.
Quizá lo que ocurre es que, a diferencia de otros años, no hemos esperado ni al Puente de la Constitución para ver las luces. No vaya a ser que, tal y como están las cosas, nos quedemos sin puente por quedarnos sin constitución, dirán muchos.
¿Mi consejo para estos días? Visitar las luces de Toledo de lunes a jueves, aprovechando la salida del trabajo o de las clases extraescolares de los niños. Merece la pena  poder pasear moderadamente tranquilos, poder tomarse algo en familia y, en definitiva, disfrutar sin agobios de la ciudad. En mi caso, no creo que me vean por la calle Comercio hasta un miércoles bien pasado el puente. Se verá.