El entrenador del CF Talavera, Luis Ayllón, como es lógico, la derrota por 0-1 frente al Navalcarnero en la última jornada de Liga le dejó « un sabor muy malo porque teníamos ilusión de terminar el año con una victoria, maquillar también el final de temporada, dar una alegría a la afición y no lo hemos conseguido».

Como se pudo comprobar sobre el terreno de juego de El Prado, se llevó el gato al agua un Navalcarnero que llegó con el objetivo de certificar la permanencia y, por ello, durante el partido se vio que «quería, creía y ha empujado desde el principio». 

En su análisis del choque, admitió que el cuadro visitante «ha tenido el balón en la primera parte, además de dominio territorial y espacial»; aunque ha querido aclarar que el rival «tampoco nos ha hecho daño y creo que nosotros hemos inquietado al menos más su portería que ellos la nuestra».

Con respecto a la segunda mitad, «entramos, ajustamos, pasamos atrás con tres y en ese momento ellos tienen dudas a nivel futbolístico». Y, curiosamente, «cuando más estábamos controlando el partido, encajamos el gol». Fue en el minuto 53 y «nos ha penalizado mucho y no nos ha dado; hemos tenido alguna ocasión, pero el Talavera es un equipo al que le está costando dominar las áreas».

En definitiva, puso de relieve que en este encuentro «ha podido más esa energía y ese sentimiento colectivo de pelear por un objetivo muy claro, que era salvarse, que la meta que teníamos nosotros», que pasaba por entrar en Copa del Rey.

En otro orden de cosas, el resultado final de temporada (noveno) en el caso del CF Talavera «no es flor de un día porque esto viene de atrás». Por descontado, «asumo mi parte de responsabilidad y mi parte de culpa». Porque cuando decidió fichar por el conjunto blanquiazul para intentar meter al equipo en la lucha por el ascenso en las últimas cuatro jornadas, «sabíamos que veníamos a tratar de obrar una gesta complicada y no lo hemos conseguido». Para añadir que «esto también es cuestión de mentalidad, de actitud, de rigor en el trabajo y de despertar esa ilusión que nosotros sí que la traíamos». Para ilustrar que «cuando el burro no quiere andar, ya le puedes poner zanahorias o un palo, que no anda». Y admitió que «tenemos ese debe clavado en nuestro corazón».

El balance de su estancia en Talavera, es decir, de cuatro partidos, es «malo porque hemos sumado tres puntos de 12». Eso sí, destaca como positivo que «nos han acogido bien, nos han arropado y la gente se ha portado bien con nosotros».

Un equipo, el banquiazul, muy frío en este encuentro final, al igual que su afición con poco más de 1.300 espectadores en El Prado en la peor entrada de la presente temporada: «Al final del año recoges lo que has sembrado durante la temporada; la afición es soberana y tiene razón. Es el músculo y el motor de los clubes». Todo un contraste con la parroquia del Navalcarnero que «parecía que jugaba en casa».

Por otro lado, todos tiene contrato en vigor, con lo que la decisión sobre el término de los entrenamientos, «la deberá tomar el club», según declaró.