Interceptado tras correr desde el Polígono en calzoncillos

Galán
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El joven ingresó en el Universitario tras ser rescatado por los Bomberos horas antes; se marchó en ropa interior y corrió descalzo hasta ser alcanzado por la Policía Local

El joven recorrió en paños menores los 8 kilómetros entre el Polígono y el Casco. - Foto: Yolanda Lancha

Podría pasar por una de esas noticias que se dan un 28 de diciembre para llamar inocente a tus lectores, o quizás aún calaría más con una escena de cualquier película de acción y persecuciones, pero la realidad es que ha sucedido un día cotidiano en Toledo capital.

Todo empezó con un rescate. Tal y como informó este martes La Tribuna, un joven tuvo que ser rescatado por los Bomberos de Toledo al caer a una zona de difícil acceso por el rodadero ubicado bajo Roca Tarpeya, la sede de la Real Fundación, a eso del mediodía. Un suceso ya noticioso de por sí que en las horas posteriores tendría varios capítulos más.

Después de que este joven fuera rescatado y trasladado al Hospital Universitario para recibir la atención sanitaria correspondiente, a eso de las 20:00 horas de la tarde de ese mismo martes, el paciente fue visto por la ciudad en circunstancias cuanto menos sorprendentes. El protagonista abandonó el hospital con sus pertenencias pero sin ropa: «en calzoncillos», señalan testigos que le vieron por la ciudad en dichas circunstancias. 

De hecho, es la voz de alarma ciudadana la que pone en marcha a la Policía Local de Toledo, después de varios avisos a los teléfonos de emergencia al observar a un hombre que deambulaba por la calle en paños menores y sin calzado. El cuerpo policial, ante tal situación, envió varias patrullas en su búsqueda. Finalmente, los agentes desplazados dieron con él en el entorno de la calle Gerardo Lobo, es decir, ya en el distrito del Casco Histórico. Una distancia de cerca de ocho kilómetros que recorrió a pie y a pleno pulmón.

La intercepción no fue cosa fácil, ya que según señalan testigos presenciales de los hechos el joven -de unos 24 años de edad- desistió de las órdenes policiales y se resistió ante la autoridad, requiriendo de una intervención forzosa para proceder a su detención. Tenía los pies ensangrentados como consecuencia del trayecto que había llevado a cabo sin zapatillas y a la carrera.

La escenografía de película de acción llegó a su fin con la llegada de una ambulancia a Gerardo Lobo a eso de las 22:00 horas, que trasladó al protagonista de esta historia de nuevo al hospital inmediatamente.

Horas antes, allí le habrían realizado varias pruebas para evaluar su estado de salud después de la peligrosa caída que había sufrido entre las rocas ubicadas bajo el Museo Victorio Macho. Había sido solo el principio de un largo día para él.