Hoy es una de las 'nocheviejas' que hay a lo largo del año. En concreto, el 30 de septiembre se termina lo que se conoce como año hidrológico y arranca uno nuevo. Esta división es clave para la gestión del agua en España y es muy importante para el Tajo-Segura. Todos los trasvases que se van a aprobando durante el año tienen que salir de los embalses de cabecera antes de que expire la jornada de hoy. Por el mismo motivo, suele ser en otoño cuando se aprovecha para hacer reparaciones y mantenimiento en el canal. 

Como en todos los finales de año, en el hidrológico también toca hacer balance. En el caso del Tajo-Segura a lo largo de estos doce meses han salido 294 hectómetros cúbicos. Octubre fue el mes en el que se aprobó una menor derivación, de 18 hectómetros cúbicos. De noviembre a enero se autorizaron veinte hectómetros cúbicos cada mes. A partir de ahí, y gracias a las lluvias de invierno y primavera, los embalses de cabecera subieron de nivel y se han ido aprobando desde entonces derivaciones automáticas de 27 hectómetros cúbicos al mes. 

«Con las reglas que tenemos, los trasvases son de forma automática, así dicta el decreto», lamenta el presidente de la Asociación de Municipios Ribereños, Borja Castro. La novedad, de hecho, vino en el mes de julio cuando se hizo una aprobación trimestral, fijando derivaciones de 27 hectómetros cúbicos para cada uno de los tres meses siguientes. A los Ribereños no les gustó el cambio. «Nosotros los reclamamos de manera mensual», explica, «lo primero, porque eso nos permite evaluar mes a mes la situación de los embalses, que puede ser cambiante, así como la previsión».  

El año hidrológico cierra con 294 hectómetros trasvasados - Foto: Javier PozoCastro teme que esta 'novedad' de acordar trasvases trimestrales no haya sido por casualidad y se vuelva a repetir en este año hidrológico que empieza. Es solo una suposición, pero cree que el Ministerio intentaría evitar así la exposición mediática que hay cada mes cuando se aprueba un trasvase.

La buena noticia de este año hidrológico es que los embalses terminan el verano por encima de los 1.000 hectómetros cúbicos. En concreto, el pasado viernes estaban en 1.008. Es más del doble que hace un año, cuando estaban en 491. La media del último lustro andaba en 528. Castro avisa de que es algo excepcional: «Son cifras en las que no nos movíamos desde hace trece años». 

«Habrá cambios en los niveles mínimos no trasvasables, que esperemos que se eleven»

El año hidrológico que se acaba debería haber sido el del cambio de reglas de explotación del Tajo-Segura, pero no ha sido así. «Esas reglas nuevas de explotación vienen con nueve meses de retraso y lo que queda», explica el presidente de la Asociación de Municipios Ribereños, Borja Castro. Y es que esta modificación, que todavía no ha presentado el Ministerio de Transición Ecológica, tendrá una larga vida administrativa hasta que el Consejo de Ministros la refrende. 

No se sabe en concreto por dónde va a ir esa reforma, pero Castro apunta algunas ideas. «Habrá cambios en los niveles mínimos no trasvasables, que esperamos que se eleven y tengan mayor estabilidad de los embalses», comenta. Castro argumenta que no tiene sentido que haya tanta fluctuación en Entrepeñas y Buendía, que suben mucho de nivel en invierno, pero bajan en verano cuando más interesa para la economía rural de los pueblos que rodean estos embalses. 

En estos momentos el nivel no trasvasable está en los 400 hectómetros cúbicos. Castro indica que lo suyo sería garantizar en la cabecera una lámina más o menos estable en torno a los 1.000 y 1.200 hectómetros cúbicos. Así han estado este verano los pantanos y apunta que los números que les han trasladado las tiendas, bares, alojamientos o negocios de turismo han sido  óptimas.