El reto más bonito de Araceli: cruzar el estrecho de Gibraltar

J. Mario Loeches
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La nadadora del CN Toledo Monteverde, de 57 años, se lanzará al agua el próximo mes para cubrir los 15 kilómetros que separan Tarifa de suelo marroquí

El reto más bonito de Araceli: cruzar el estrecho de Gibraltar

Araceli Casares se enfrentará el mes que viene a su reto más bonito e ilusionante: cruzar el estrecho de Gibraltar. Es gallega de nacimiento, pero toledana de adopción (desde 2004), después de vivir muchos años en Málaga. Precisamente, en la ciudad andaluza le nació su amor por el agua. Empezó a nadar a los 45 años con fines terapéuticos, por un problema en la espalda, y ha terminado dedicándose de manera amateur en las filas del Club Natación Toledo Monteverde.

«Mis hijos hacían natación, y, en vez de quedarme esperando, me ponía a nadar, así que me fui enganchando cada vez más», cuenta Araceli, que cada cierto tiempo viaja a Málaga para nadar también en el mar. Participó en la Copa de España de Aguas Abiertas, y fue buscando desafíos cada vez más complicados, hasta plantearse este.

Lo hará junto a otros tres nadadores, que también tenían esta inquietud, y está a la espera de una fecha exacta para enfrentarse a aproximadamente 15 kilómetros, ya que la distancia puede variar, según las mareas y los vientos. La Asociación para el Cruce a Nado del Estrecho de Gibraltar es la que se encarga de valorar cuándo es más idóneo lanzarse al agua, con unas condiciones del tiempo, para minimizar los riesgos.

El reto más bonito de Araceli: cruzar el estrecho de GibraltarEl reto más bonito de Araceli: cruzar el estrecho de GibraltarY es que, como recuerda la toledana, «somos nadadores aficionados, y necesitamos un entorno seguro y asequible», ya que se trata de una zona con mucho tráfico marítimo. Araceli saldrá de Tarifa, en Cádiz, para alcanzar suelo marroquí. Dependiendo de la ruta que se siga, se llegará a un lugar. Lógicamente, la organización tiene que contactar con la autoridad del país vecino, y se necesita una autorización y tener el pasaporte en regla.

Araceli y sus compañeros irán acompañados por dos embarcaciones. La primera servirá de guía, con el objetivo de controlar los cruces con los barcos que atraviesan la zona. Una segunda hará las funciones de avituallamiento. El cruce suele durar algo más de 4 horas, pero, en algunas ocasiones, se puede alargar hasta las 6, dependiendo de las condiciones del tiempo. «La idea es llegar en unas 5 horas, pues tenemos que ir al mismo ritmo para no romper el grupo», cuenta la toledana.

Los avituallamiento, cada hora u hora y media, deben realizarse muy rápidamente, «para evitar que la corriente te saque de la ruta», asegura Araceli. Lógicamente, la nadadora del Monteverde tiene como objetivo principal completar el cruce, aunque es verdad que también quiere «disfrutar del entorno, de nadar entre barcos, de cruzarte con delfines o atunes». 

Se espera una temperatura del agua de entre 16 y 18 grados, una temperatura que se adapta bien a Araceli: «No me gusta demasiado caliente». Por lo demás, en una actividad así, hay tiempo para pensar muchas cosas. La capitalina reconoce que intentará concentrarse en «el movimiento de los brazos y en la respiración». Confiesa que en pruebas de aguas abiertas suele «contar mucho las brazadas y acompasar los movimientos con el mar, intentando mimetizarme con el medio».

Para prepararlo, hay que combinar piscina con tramos de aguas abiertas. Para Areceli es complicado, por la lejanía con el mar, aunque ha intentado acudir a Málaga una vez al mes. «Lo ideal es acumular muchos metros, pero también hacer algo de fuerza». Desde su entrada al CN Toledo Monteverde, en 2019, ya ha participado en algunas pruebas de aguas abiertas, como la Vuelta al Monte Hacho, en Ceuta, de 10 kilómetros, una travesía de mucho renombre.