Los domingos 11 de febrero y 17 de marzo tienen en común que la calle Alfileritos fue protagonista por la sucesión de dos altercados. El primero de ellos consistió en un atropello a un peatón ebrio que se encontraba en las inmediaciones de un establecimiento de ocio nocturno ubicado en la citada vía del Casco Histórico. 

Un mes después, la Policía Local de Toledo informó de que en la mañana de otro domingo tuvieron que intervenir en un local de ocio nocturno de Alfileritos para proceder a su desalojo después de que dicho establecimiento incumpliera hasta siete normas.

Dicho esto, el gerente de uno de los locales ubicados en esta céntrica calle, el pub 'Oki Oki Rock', se ha puesto en contacto con La Tribuna para lavar su imagen, asegurando que ha recibido multitud de mensajes aludiendo a su implicación en los hechos citados, lo que afirma que le ha generado episodios de ansiedad tanto a él como a su familia.

Por ello mismo, el propietario de este pub asegura con rotundidad que su negocio no ha estado involucrado en ningún suceso recientemente y que mantiene todos los requerimientos exigidos para su apertura dentro de la legalidad.

El afectado sentía la necesidad de expresar un comunicado de estas características para aclarar posibles dudas o los señalamientos que ha recibido su local a raíz de los sucesos mencionados, según él «injustificadamente». Este insiste en que su local cumple la normativa y avisa a sus clientes de que, en caso de pelea, el pub echa el cierre y se acaba la fiesta.