La provincia de Toledo cerró el año anterior con el dato más bajo de nacimientos de la serie histórica. El volumen de 2023 confirma la trayectoria descendente del indicador y profundiza en las pobres cifras registradas en los años recientes. Respecto al anterior 2022, se han contabilizado 730 alumbramientos menos, lo que supone un descenso de casi el 14% en términos relativos. Hasta la fecha, el ejercicio de 2021, con 5.069 bebés, había sido el peor en términos de natalidad en el espacio toledano; sin embargo, el último acumulado anual empeora aquel guarismo. Se trata de la primera ocasión en que el total de nacimientos en un año cae por debajo de los cinco millares en la provincia.
Cada día nacen 12 toledanos de media. Por su parte, la mortalidad arroja un promedio diario de 17 fallecimientos, una diferencia que certifica un saldo vegetativo negativo. El crecimiento poblacional de la provincia tiene su origen en un saldo migratorio, tanto interior como exterior, muy positivo. Decenas de municipios toledanos han disparados sus censos en los últimos años al calor de la llegada de nuevos moradores, aunque el repunte en el tamaño de los vecindarios no se ha traducido en unas cifras de natalidad significativamente más elevadas.
Los meses del pasado año que dejaron registros más halagüeños para la natalidad en la provincia se correspondieron con los del verano. En agosto nacieron 414 nuevos toledanos, mientras que en junio y julio fueron 405 las nuevas vidas.
Febrero, con solo 28 días, fue el mes con un dato más bajo: 306 nacimientos. El registro alcanzado en el segundo mes de 2023 se sitúa como el más bajo en la serie mensual iniciada al inicio de 2016 y, previsiblemente, como el peor para cualquier mes desde el final de la Guerra Civil.
Cuantías poco más altas se constataron en octubre (350) y diciembre (351). Más allá de los pobres datos de nacimientos, parece observarse una preferencia por partos en los meses centrales, una medida que evitaría el nacimiento en el tramo final del año: nacer en diciembre suele implicar peores resultados académicos en los primeros años de vida.
Desde 2018, ningún ejercicio ha alcanzado los 6.000 nacimientos anuales. Durante el último, incluso, se ha perdido la barrera de los 5.000 bebés. En 2008, se contabilizaron 8.280 alumbramientos en la provincia. En las pretéritas décadas de los cincuenta y sesenta se superaban los 10.000 partos con éxito por año en el territorio toledano. Marzo de 1943, con 1.274 nacimientos, es el mes con mayor número de alumbramientos registrados en la provincia.
MATERNIDAD TRAS LOS 30. Según la edad de las madres en el momento del alumbramiento, la cohorte que suma un mayor número de nacimientos se sitúa entre los 30 y los 34 años. Fueron 1.534 los bebés nacidos de gestantes con estas edades, el 33,9% del total. Al mismo tiempo, la segunda franja que más madres acumula se sitúa en la segunda treintena, esto es, entre los 35 y los 39 años. Este grupo dio a luz a 1.216 criaturas en la provincia.
Además, dos mujeres fueron madres con más de 50 años, una circunstancia que, aunque excepcional, tiende a aparecer en los registros anuales. En el anterior 2022, madres con al menos medio siglo de vida alumbraron a cuatro bebés en la provincia.
Por el contrario, hubo 1.259 niños nacidos de veinteañeras. La proporción de madres en esta década frente a las que lo son en el decenio posterior confirma el retraso de la maternidad en la provincia: por cada hijo nacido de madre con veintitantos hay dos bebés de madres con treinta y tantos.