El análisis de la pintura a través de la radiografía y la espectrometría de infrarrojos ha permitido comprobar algunos detalles sobre ElExpolio de los que los especialistas no tenían confirmación hasta la fecha. En primer lugar, el formato inicialmente previsto por el pintor. «Los infrarrojos revelan que la composición fue concebida en un primer momento para ser rematada superiormente en forma de arco de medio punto, pero el Greco abandonó en seguida este camino». El resultado, en otras palabras, es una pintura de formato totalmente cuadrangular, que desde un primer momento fue destinada a un nicho de retablo con el mismo diseño, adintelado, y no rematado en semicírculo.
Los análisis confirman que el Greco tenía una idea muy precisa de lo que iba a pintar, y que la ejecutó sin apenas correcciones. «Esto incluye también el grupo de ‘las tres Marías’», añadió Alonso, lo cual permite corroborar que el pintor apostó desde un primer momento por esta fórmula iconográfica. Este dato posee una gran relevancia, puesto que la presencia de estas tres mujeres en la pintura (la Virgen María, María Magdalena y María Salomé, madre de los apóstoles Santiago y Juan) no fue del agrado del Cabildo, que interpretó su aparición como una licencia no refrendada por el relato evangélico. Asimismo, fue criticada la presencia de un soldado acorazado a la manera del siglo XVI, figura que también es posible apreciar minuciosamente detallada desde un primer momento por el pintor gracias a los análisis realizados.
Pese a tener muy clara la composición de la pintura, el Greco introdujo en ella algunas correcciones. Una de las más evidentes es la modificación del brazo del sayón situado a la derecha de Cristo, «que en principio no parecía tener previsto que pasase por delante». El pintor, explicó Rafael Alonso, debió de apostar por esta solución «con el fin de conseguir más planos de luz y de color en la composición para equilibrar la potente armadura del soldado representada en el lado contrario, y que sí estaba prevista desde el inicio».
El restaurador ha encontrado también indicios de que el Greco tomó la decisión, una vez iniciada la pintura, de acortar la túnica del Cristo para mostrar sus pies completos. En uno de ellos, por cierto, es posible apreciar una sutil flexión del dedo gordo debido a una piedra en el camino delCalvario. Otro de los cambios tiene que ver con la longitud del madero de la Cruz, que en principio se extendía hasta el límite del cuadro. «Son pequeños cambios. Sin duda podemos concluir que el Greco tenía muy clara su idea de la composición desde un primer momento», manifestó Alonso.
«El estado de conservación de la obra era excepcional», continuó. En buena medida, la responsable es la estructura que sostiene la tela, un tablero apeinazado de madera (es decir, compuesto a base de cuarterones de madera) que ha preservado el lienzo de las humedades del muro, de las vibraciones y de los depósitos de suciedad. «Se trata de uno de los poquísimos Grecos que han llegado hasta nosotros sin reentelar, es decir, con su tela tal y como el pintor la dejó», sin más alteraciones que sendos refuerzos laterales aplicados en la década de los ochenta para reforzar su estabilidad. Esto ha permitido, explicó el restaurador, apreciar con infinito detalle las pinceladas y la acumulación de materia pictórica sobre la superficie.
La tela empleada, técnicamente, es un «mantelillo» de lino, muy fino y costoso, que presentaba un diseño adamascado. SegúnRafael Alonso, «las telas de mantel eran los textiles de mayor tamaño que podían ser elaborados en una única pieza en los telares de la época». En otras palabras: la tela sobre la que el Greco pintó el Expolio no tiene ninguna costura.
El Greco fue pionero a la hora de utilizar estos formatos de grandes dimensiones en la España del momento, costumbre que se generalizó después a través de Maíno y otros pintores. Sin embargo, el hábito no era raro en Venecia. «Los usos venecianos a la hora de pintar no eran desconocidos en nuestro país -en cuya corte se conocía bien la obra de Tiziano, por ejemplo-, aunque el Greco fue el primero que los difundió de cara al público». En este sentido, una pintura con las dimensiones del Expolio debió de suponer una enorme novedad en el Toledo del momento, «más habituado a las pinturas en pequeño formato de autores como Correa de Vivar o Coomontes».