La escalofriante sentencia del asesinato de Marta

J.Moreno
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«De perdidos al río», soltó a la Policía Nacional la ahora condenada, acorralada entonces en Las Ventas con Peña Aguilera. Poco antes, había incinerado el cuerpo y pulverizado los restos óseos

La escalofriante sentencia del asesinato de Marta - Foto: David Pérez

Marta celebró el 8 de enero en prisión su 36 cumpleaños. Nacida en Ciudad Real, ha pasado buena parte de su vida en las calles de Las Ventas con Peña Aguilera, destino final de una investigación trepidante de la Policía Nacional por la desaparición de Pilar Moreno, oriunda de Valdeverdeja y vecina de la primera en el barrio madrileño de Carabanchel. «Bueno, de perdidos al río. No entréis en la casa, está (los restos de Pilar) en el vertedero, la metí en dos bolsas», soltó la treinteañera, acorralada por los uniformados a las puertas del domicilio de sus padres en el pueblo. Pero no confesó el crimen.

Así figura en la sentencia del tribunal del jurado presidido por el magistrado Abel Téllez, fechada el 5 de marzo. Marta deberá cumplir (si no prosperan los posibles recursos judiciales) una pena de 20 años de prisión por el asesinato de Pilar, más cuatro meses por la profanación del cadáver y un año y nueve meses por falsedad en documento mercantil. Esta munición de delitos encierra unos hechos atroces que consternan desde principios de marzo de 2023 a Las Ventas con Peña Aguilera y a Valdeverdeja.

Entre los hechos probados, el tribunal del jurado considera que Marta mató a Pilar en la casa que había compartido con su ya por entonces exnovio. La condenada (la sentencia no es firme porque cabe la interposición de un recurso de apelación en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid) abandonaba el domicilio y había recogido, como su expareja, sus pertenencias, pero faltaba por liquidar el pago de una deuda de 1.045 euros con la comunidad de vecinos.

Marta simuló dos recibos de pago ante la comunidad de vecinos, cuya presidenta era Pilar. «Decidió dar muerte a esta con la idea de que nadie volviera a reclamar los pagos ni tener responsabilidad alguna por los justificantes de pagos falsificados, y sortear el riesgo de ser descubierta», sostiene la sentencia entre los hechos probados.

Hacia las 9:30 de la mañana del 27 de febrero de 2023, Marta entró en el inmueble de la calle Oca del barrio de Carabanchel con una maleta de grandes dimensiones para introducir esa misma mañana el cadáver de Pilar. El modo empleado para el crimen no queda aclarado, pero el jurado sí descarta la versión de la acusada de que la muerte se debió a una caída, «altamente improbable», según los forenses.

Marta limpió la vivienda para eliminar los restos de sangre e introdujo el cadáver en el maletero de su coche. Viajó hasta Las Ventas con Peña Aguilera para incinerar el cuerpo, «con una absoluta falta de respeto hacia el cadáver». Maderas y gasolina formaron la pira en una parcela para hacer desaparecer casi íntegramente el cuerpo.

«Introdujo los escasos restos que quedaron tras la incineración en sacos y los trasladó hasta el vertedero, donde los sometió a una nueva acción del fuego y procedió a machacar los huesos largos que no había carbonizado hasta reducirlos a polvo o fragmentos diminutos», detalla la sentencia contra Marta, detenida por los hechos el 1 de marzo de 2023, apenas 48 horas después del crimen.

Pilar medía 1,48 de altura, tenía 68 años y tres hermanos. Estaba sana, más allá de sufrir artritis y artrosis. Además, frecuentaba Valdeverdeja, donde estuvo unos días antes y departió con el alcalde, Juan José Moreno.

Marta, por su parte, tenía 34 años y era corpulenta. Había trabajado en un geriátrico y junto a su padre en la construcción. Compartió el piso de Carabanchel con su exnovio Antonio, quien declaró en el juicio que se enteró de los impagos a la comunidad tras los hechos y abonó entonces esa maldita deuda de 1.045 euros.