Cuando las personas 'se van' tendemos a hablar bien de ellas, pero lo de Estela era tal y como se cuenta. Así comienza a hablar sobre Estela Colao Blanco, policía local que será reconocida este 8 de marzo a título póstumo, su compañera y amiga Esther Romo. Ambas compartieron muchos momentos antes del triste desenlace de Estela Colao el pasado noviembre, mes en el que su vida se apagó cuando contaba tan solo con 45 años de edad.
Hasta que su salud se lo permitió formó parte del Equipo de Investigación de Accidentes (EIA) de la Policía Local de Talavera, donde llegó después de formar parte de otras áreas de este mismo cuerpo policial que depende del Ayuntamiento, donde su labor no ha pasado desapercibida y ha querido por ello hacer efectivo este reconocimiento que recogerá su familia.
«Era una persona súper amigable, llegó, enseguida congenió fenomenal con todo el mundo, era compañera, amiga, era una persona súper profesional en su trabajo», explica Romo, quien insiste en que Colao «tenía un don especial para llevarse bien con todos».
Siempre, asegura, «tenía una sonrisa para todo el mundo» y era de esas personas tan especiales que existen que transmiten «alegría, buen rollo, positividad». «Ella era así, no puedo decir otra cosa», apostilla esta amiga, que fue precisamente la encargada de hablar en el homenaje que se la rindió también el pasado 1 de marzo en el acto institucional con motivo del patrón de la Policía Local, el Santo Ángel de la Guarda.
«Se la quería muchísimo, no conozco a una persona que se haya llevado mal con ella», recalca Romo, quien destaca además su implicación con su trabajo y «su saber estar en las actuaciones» además de que era «muy resolutiva».
Colao había estudiado Magisterio pero «quería ser policía», así que al terminar su carrera, «se puso con la oposición y la sacó enseguida, era muy inteligente». Aprobó en el año 2009 y se incorporó a la plantilla en el 2010, comenzando en Seguridad Ciudadana y después ya al EIA, donde ha continuado hasta que «se vio obligada a dejarlo» a causa de su enfermedad.
Aún así, subraya su amiga, «en cuanto se encontró un poco mejor quiso incorporarse a toda costa» y lo hizo en la Unidad de Seguridad Vial, algo «más tranquilo». «Todo su afán era trabajar y volver a su vida normal, a pesar de que estaba malita, a ella su trabajo le encantaba», recuerda Romo, quien precisa que Colao quiso volver hasta el último momento. «Nunca tiró la toalla, era de seguir luchando hasta el último día», reconoce.
Como afirma, a todos sus compañeros les ha alegrado este reconocimiento para Estela, «trabajadora, defensora de la igualdad, la libertad, luchadora por los derechos de todos, cuidadora de Talavera», tal y como la definió la edil del área, Josefina Blázquez, cuando se dio a conocer este distintivo.
«Estamos súper orgullosos de ella, sus padres están súper orgullosos porque no se esperaban tanto cariño por parte de tanta gente», concluye Romo.