UE: espíritu cooperativo frente al reto de la interdependencia

Á. de la Paz
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La UCLM celebra una conferencia sobre el futuro de las transiciones digital y ecológica, las políticas de seguridad y defensa, y la proyección empresarial

UE: espíritu cooperativo frente al reto de la interdependencia. - Foto: La Tribuna

La Universidad de Castilla-La Mancha abordó el debate sobre el concepto de autonomía estratégica en la Unión Europea, «un término vago» por su carácter polisémico, que alude a la necesidad de planificar políticas comunitarias que posibiliten una menor dependencia de terceros en asuntos relativos a defensa, energía o empresa. Se trata de una idea «de largo plazo y no tanto del día a día, sino de una concepción para los próximos 20, 30, 40 o 50 años», explica Lucas González, director en funciones de la Comisión Europea en España.

La mesa Autonomía estratégica abierta: una visión de España y Europa, la primera de la jornada, reunió al propio González con Eduardo Corchero, adjunto al director de Estrategia y Prospectiva del Ministerio de Asuntos Exteriores, y Gonzalo Velasco, embajador de BETA Europe y moderador de una ponencia que detalló algunos de los retos que afronta la Unión en su relación con el resto del mundo. 

González defendió la importancia del «posicionamiento de Europa en un entorno donde se convive con otras fuerzas que velan por sus intereses», un emplazamiento que debe aúnar los intereses nacionales de los estados miembros a partir de la cooperación. «Hay dos polos fuertes, China y Estados Unidos; Europa tiene que saber qué quiere ser de mayor», insistió. Según el representante de la Comisión en Madrid, el encaje europeo en el escenario geopolítico global se dirime en cuatro grandes áreas: digital, ecológica, de defensa y seguridad, y empresarial.

En los ámbitos de las transiciones digital y ecológica, desde Bruselas se defiende la transformación impulsada en ambos campos. «No creo que pueda haber un país más interesado que España en la autonomía estratégica energética», subrayó González. En el caso de la defensa, «una política que no es común sino coordinada», se aboga «por invertir mejor» y hacerlo de forma consensuada entre los diferentes estados, para que los «fondos enormes» que se emplean en estas partidas repercutan en la seguridad colectiva del vasto territorio comunitario. 

Por su parte, la dinámica económica topa con una coyuntura marcada por la inflación y los tipos de interés altos. Además, «no somos capaces de ser autónomos en la industria y la fabricación y para ello tenemos que buscar socios fiables, acercarnos a regiones del mundo con valores y objetivos similares como estamos haciendo, aprovechando la presidencia española, con Sudámerica», relató González, «la región más eurocompatible», según fue definida por Corchero, quien destacó «el potencial de diversificación» que la zona ofrece a Europa para el comercio internacional.

«Cómo articular las ayudas estatales y la competencia», dos de los marcos regulatorios que deciden parte de la suerte de las compañías, pueden determinar el éxito internacional de los conglomerados europeos. Otorgar un «gran papel a las grandes empresas» podría expandirlas más allá de la Unión con el consiguiente prejuicio en el mercado interior; la apertura de la competencia, por el contrario, diluiría el potencial de crecimiento de las sociedades.

En el caso de España, «la apertura» se ubica «en el centro de su visión estratégica». La autonomía se concibe «no como un medio, sino como un fin para proteger los derechos y principios de la Unión», aseguró Corchero.

El representante de Exteriores detalló que el desempeño que ejerce su oficina dentro del ministerio «no es el de encuadrarse en una estructura vertical» sino el de aportar «un enfoque transversal y estratégico, proponer una visión a largo plazo» y recordó que la «búsqueda de consensos es el ingrediente esencial de la Unión».

Sobre el tamaño y la forma de proceder que el club tiene respecto a otros grandes actores de la escena global, Corchero se refirió a Europa como «un herbívoro en un mundo de carnívoros» y se preguntó si se ha de «seguir el mismo camino que las superpotencias clásicas», recordando que la Unión, en contraposición a las grandes hegemonías, no tiene en  «su naturaleza el cerrarse hacía sí misma para proyectarse hacia el exterior».