Roberto, el hombre al que se tragó La Sagra

J.Moreno
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La Guardia Civil busca desde hace seis años al exalguacil de Casarrubios del Monte. «Tenemos que remover el avispero», incide la sobrina para hallar testimonios esclarecedores

Roberto, el hombre al que se tragó La Sagra

Almudena García atendió el pasado jueves una llamada. Era la Guardia Civil, una vez más. Los investigadores marcaron su número para felicitar a su hija por su cumpleaños. La anécdota revela el grado de complicidad frecuente entre los agentes y los familiares de una víctima. La sobrina de Roberto García Solana recordó ayer más vívidamente a su tío, desaparecido desde el 18 de febrero de 2019 en Casarrubios del Monte. Y a su padre, Manuel García Solana, cuya denuncia disparó la intervención de los uniformados.

Manuel, ya fallecido, condujo hasta el puesto principal de Valmojado para interponer una denuncia por la desaparición de Roberto García Solana. Eran las 22:38 horas del 21 de febrero de 2019.  Desde hacía unos días, el discreto exalguacil de Casarrubios del Monte se había esfumado. Era, y sigue siendo, impensable una desaparición voluntaria. La Guardia Civil se enguantaba las manos para rastrear las horas y días previos a la diligencia inicial.

Roberto nació el 23 de mayo de 1955 y vivía en una casa de dos plantas en el número 10 de la calle Postillón. Había trabajado casi toda su vida en el Ayuntamiento de Casarrubios del Monte y recibió meses antes de la desaparición un merecido homenaje. Ni enemistades conocidas ni conflictos familiares ni un comportamiento anómalo los días previos. Tampoco antecedente alguno de una marcha voluntaria. Así lo dejó claro Manuel al día siguiente de la diligencia inicial, a las 23:50 horas, en el mismo puesto principal de Valmojado. Los agentes supieron entonces que la última conexión del desaparecido a la aplicación 'whatsapp' se remontaba a cinco días atrás: el 17 de febrero a las 21:44 horas.

Roberto, el hombre al que se tragó La SagraRoberto, el hombre al que se tragó La Sagra«Tenemos que remover el avispero», repite a este diario Almudena para azuzar a vecinos de Casarrubios y que corrijan así su silencio.  Los investigadores y la sobrina de Roberto acababan de hablar por última vez por la felicitación del cumpleaños. Los agentes asumen desde hace mucho tiempo que el desaparecido está muerto, pero falta aclarar con pruebas el paradero del cadáver y la autoría de la desaparición forzosa. La Guardia Civil ha barajado diferentes sospechosos, pero sólo dio un golpe certero aunque insuficiente.

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 6 de Illescas asumió una investigación encabezada por el equipo de Policía Judicial de la Guardia Civil de Toledo. El 22 de mayo de 2019, los agentes detuvieron a Juan José, vecino de enfrente del número 10 de la calle Postillón, como presunto autor de los delitos de estafa y detención ilegal por la desaparición forzosa de Roberto García Solana. Tres días después, ingresó en la prisión de Ocaña, donde permaneció encerrado hasta el 16 de septiembre de ese mismo año. El sospechoso argumentó que halló la tarjeta con la contraseña incluida; retiró unos 1.200 euros en varias operaciones.

«Es un buscavidas», resuelve Almudena sobre el sospechoso. El punto de mira de la Guardia Civil se estrechó sobre Juan José por la extracción de dinero de la cuenta de Roberto horas después de la desaparición. En Casarrubios y en la vecina localidad madrileña de El Álamo. Aun así, el juzgado sagreño ordenó su puesta en libertad.

Roberto, el hombre al que se tragó La SagraRoberto, el hombre al que se tragó La Sagra - Foto: Yolanda LanchaPrecisamente, los familiares observaron la primera rareza en El Álamo, a siete kilómetros de distancia por un camino. Un allegado vio el Suzuki Vitara de Roberto estacionado anómalamente en la vía pública. Desgraciadamente, las sospechas quedaron confirmadas los días posteriores.

Las pesquisas de la Guardia Civil apuntaban ya en 2020 a la participación de más de un individuo para la ocultación del cuerpo de Roberto, de 1,70 de estatura y complexión fuerte. Los investigadores daban ya entonces por batidos los parajes entre Casarrubios del Monte y El Álamo. Un amigo del desaparecido ubicó el Suzuki Vitara el día 18 de febrero por la tarde por el conocido como camino de Illescas, en el mismo Casarrubios del Monte. Ese mismo día, pero horas antes, el testimonio de una vecina sitúa al sexagenario en las calles, cumpliendo con sus hábitos de cada lunes. Como el domingo, cuando acudió al bar Arrope a ver el partido de su Real Madrid contra el Girona.

El último rastreo aireado por la Guardia Civil corresponde a mayo de 2023, en una finca familiar. Los agentes revisaron por tercera vez la propiedad donde los testigos vieron el vehículo por última vez, antes de quedar abandonado en El Álamo. En esa ocasión, los especialistas de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial incorporaban un georradar para comprobar los movimientos de tierras. La finca está localizada en el término de Casarrubios del Monte, pero lejos del núcleo urbano.

Un año antes, a finales de mayo de 2022, la Guardia Civil intensificó la búsqueda con batidas en el triángulo formado por las poblaciones de Casarrubios del Monte, El Viso de San Juan y El Álamo. Los agentes especializados revisaron entonces pozos y zonas encharcadas; en definitiva, lugares de difícil acceso para intentar hallar una pista.

Ya en 2025, la familia y los vecinos de Casarrubios del Monte saldrán a la plaza de España el domingo a las 13:30 horas para refrescar el recuerdo de Roberto García Solana, el conocidísimo exalguacil al que se tragó la tierra hace ya seis años.