Raúl Romero salió ayer solo hacia las tres de la tarde de la Audiencia Provincial. Se encendió un cigarrillo y se perdió por las calles de Toledo. Como uno más. Atrás dejaba una mañana que se avecinaba desde hace casi seis años. Ese hombre en chándal y de mediana edad que enfiló la calle de Nuncio Viejo carga con la acusación de ser el sicario que descerrajó un cargador contra Mercedes Martín Ayuso, una vecina de Las Ventas de Retamosa tiroteada en una rotonda junto a su casa. La Fiscalía pide contra él 46 años de cárcel por un delito de asesinato, por otro tentativa de asesinato, por tenencia ilícita de armas y por robo con fuerza.
Sheila, la hija de la víctima, aguardaba frente a la puerta de la sala de la sección primera de la Audiencia Provincial y vio desfilar a Raúl, a Luis, a María del Carmen, a Anabel y a Emilio. Los cinco ocupan el banquillo de los acusados por urdir supuestamente un plan maquiavélico para liquidar a Mercedes y a su hijo Daniel, quien resultó malherido y presenció dentro del coche el tiroteo contra su madre, una mujer de 41 años quien trabajó en el hogar del matrimonio (Luis y Carmen) que supuestamente encargó el crimen.
Luis del Castillo entregó ayer delante del jurado una carta manuscrita con un mensaje de perdón y arrepentimiento. Las partes, incluida la familia de Mercedes, tenían conocimiento previo del escrito, incorporado ahora como parte de la munición de pruebas del juicio.
De momento, ni él ni los otros cuatro procesados han testificado en la Audiencia Provincial; les tocará el turno hoy desde las 10 de la mañana. Los planteamientos de Raúl, el presunto sicario, y María del Carmen Medrano, la esposa de Luis, resultan exculpatorios.
El abogado de Luis recalcó, además, la consignación de 167.000 euros como indemnización a la familia de Mercedes para la reparación del daño, una maniobra para atenuar las abultadas peticiones de condena. La Fiscalía pide contra él 40 años de cárcel por asesinato y por tentativa de asesinato.
El juicio por el crimen de Las Ventas de Retamosa supera con creces el listón de señalamientos de la Audiencia Provincial en muchos años. El macrojuicio durará, en principio, diez sesiones por la concurrencia de cinco detenidos, ocho abogados entre defensas y acusaciones particulares, más la batería de pruebas.
El cigarrillo de Raúl de las tres de la tarde era al menos del segundo del día. Hacia la una, este hombre, descrito por la Fiscal como un politoxicómano, había salido también de la Audiencia Provincial para dar unas caladas justo antes de la entrada en sala. La elección del jurado se había demorado tres horas, entre las 10 y la 1 del mediodía, hasta el nombramiento de cinco hombres y cuatro mujeres para dictar veredicto.
La fiscal. La representante del ministerio público, Julia González, expuso una acusación muy pormenorizada contra los cinco acusados. Comenzó con una somera descripción de la víctima, una mujer «con una vida dura» divorciada del padre de sus dos hijos. «Se ganaba honradamente la vida limpiando casas y cuidando a ancianos», expuso. Así se incorporó a la vida del matrimonio de Luis y María del Carmen, mercheros como ella.
La fiscal mencionó ayer una infidelidad de la esposa con otro hombre como inicio del desenlace; con ello, se refería en el escrito de acusación con la expresión «conductas extramatrimoniales». Luis quería supuestamente sonsacar a Mercedes detalles que podía conocer como trabajadora de la casa. Junto con ello, la pareja atribuía a la víctima el robo de 30.000 euros del domicilio.
El destierro de Luis y Carmen de Las Ventas de Retamosa ordenado por el clan merchero a causa de la infidelidad prendió la mecha de la trama, según la Fiscalía. La pareja se marchó a Cataluña, y por conocidos, dieron con Raúl, el supuesto sicario.
Carmen se enfrenta como Luis a una petición fiscal de 40 años de cárcel por asesinato y tentativa de asesinato. Su hermano Emilio encara una acusación tres años de cárcel por encubrimiento. Y otros tres pide la Fiscalía contra Anabel por encubrir entonces a su compañero sentimental, el presunto sicario.
Con todo ello, Raúl salió ayer de la Audiencia Provincial, se encendió un cigarrillo y enfiló la calle de Nuncio Viejo, con la libertad provisional de la que goza tras cumplir los cuatro años máximos de preventiva. Frente a él, una petición de 46 años de cárcel.
La abogada del hijo de la víctima, al jurado: «Sean valientes, por Mercedes»
Los abogados exponen generalmente con determinación y firmeza delante de los tribunales del jurado. Hacen guiños al dolor de los familiares de la víctima, pero con un rastro insensible en el caso de las defensas de los procesados. Pocas veces un letrado se conmueve tanto como Desislava Andreeva, la representante legal de Daniel, el hijo pequeño de Mercedes, herido y testigo presencial además del brutal tiroteo ocurrido en Las Ventas de Retamosa el 4 de mayo de 2018.
«Tuvo la mala suerte de topar con esas personas», señaló sobre Mercedes en su conmovedora alocución acusatoria con la voz quebrada. «Lo pensaron friamente, lo calcularon y lo cometieron. Decidieron que Mercedes debía morir», aseveró.
«Daniel, con 12 años, tuvo que ver morir a su madre», recalcó Dasislava antes de resaltar el «trabajo maravilloso e impecable» de la Guardia Civil para identificar a los presuntos autores.
«Quiero pedirles que sean valientes. Oblíguense a ver imágenes y a escuchar. Sean valientes para votar el veredicto. Fueron valientes los hijos de Mercedes, los testigos y los agentes de la Guardia Civil. Sean valientes, por Mercedes. Hasta paró las siete balas con su cuerpo para que no llegaran a su hijo», infundió.
«Destrozó sus órganos internos», apuntó por las graves heridas que presentaba Mercedes, tal como detalla el escrito de acusación de la Fiscalía con afección del hígado, intestino delgado, páncreas y el pulmón derecho. El hijo de la víctima resultó con heridas de bala en la pierna derecha a consecuencia del tiroteo del 4 de mayo de 2018.