En todo el tiempo que se lleva barajando una y otra alternativa sobre la futura conexión del AVE en la ciudad de Toledo sólo prevalece una cuestión clara. Sea cual sea el actor político que la defienda. Y es que la estación de Santa Bárbara debe permanecer dando el servicio actual de conexión con Madrid y que, por supuesto, no se puede ver afectada por ninguna de las alternativas pensadas, sea cual sea la elegida.
De hecho, entre tanta protección frente a este punto, el actual alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, ha dejado una cita que prevalece sobre otras. Se trata de la «línea roja» que para él y su equipo de gobierno supone este emplazamiento respecto a cualquier negociación por el futuro AVE. Principalmente, el regidor toledano en sus últimos discursos ha venido manifestando que Toledo nunca va a ser un obstáculo para la proliferación de este proyecto, pero sí que ha recalcado que el único punto del que no se moverá su postura es la de mantener la estación de Santa Bárbara.
Dada la situación actual, la misma no parece peligrar, porque desde la Junta comparten la misma visión de que una segunda estación no afectaría a la actual, porque tendrían una vocación distinta. La de Santa Bárbara conectaría Toledo con Madrid, mientras que la hipotética nueva sería de continuidad para comunicar la ciudad con Extremadura y Lisboa.
Algunas de las alternativas presentadas en su día en el estudio informativo planteaban que la estación actual dejara de ser fondo de saco para transformarse en una de continuidad, es decir, que una vez el tren llegue de Madrid pudiera seguir su recorrido hacia Talavera, pero la intervención que habría que hacer para realizar ese trazado tendría mucho mayor impacto para la ciudad, tanto medioambiental como visualmente.
Al margen de Carlos Velázquez o Nacho Hernando, recientemente la delegada del Gobierno en la región, Milagros Tolón, también ha manifestado que la estación de Santa Bárbara seguirá funcionando al margen de que se construya una nueva en la ciudad.