Si la señora Vicepresidenta, Yolanda Díaz, quiere proponer reformas que mejoren la vida de los ciudadanos, se me ocurren unas cuantas que podría proponer. Por ejemplo, pedir a las empresas que cuando un ciudadano llama a su teléfono haya otro "humano" a través de la línea telefónica y no un disco repetitivo que te da unas cuantas opciones que nunca coinciden con lo que quieres preguntar o necesitas.
Y esto no solo sucede con las empresas privadas, también con las públicas y demás organismos de la Administración, sea Administración central o autonómica.
La Vicepresidenta sabe que estos "discos" telefónicos han venido a sustituir a trabajadores que se han quedado sin empleo en nombre de una supuesta "modernidad". Si cuando uno llama al banco, a la oficina de gestión tributaria, al centro de salud, o una empresa eléctrica, le respondiera una persona, ganaríamos tiempo y sobre todo nos evitaríamos caer en la melancolía y la desesperación. De paso se volverían a crear puestos de trabajo.
Las máquinas no pueden, o al menos no deberían, sustituir en todo a las personas de manera que la Vicepresidenta tiene materia para hacernos la vida más fácil a los ciudadanos.
Hago esta reflexión al hilo del empeño de Yolanda Díaz de recortar los horarios. Supongo que la pretensión es que ese recorte solo afecte a la hostelería puesto que sería una necedad pretender "echar el cierre" a todas las actividades que se llevan a cabo durante la noche. Porque tan trabajadores son los de la hostelería como los camioneros que viajan durante toda la noche para llevar la mercancía a los mercados centrales, o los panaderos, o los bomberos, o el personal sanitario, o los periodistas, etc, etc, etc. Imagínense que no se pueda apagar un incendio porque este se ha producido fuera del horario laboral "normal", o que no se pueda informar de una catástrofe más allá de las nueve de la noche, o que quienes se pongan enfermos por la noche tengan que esperar al día siguiente para que le atienda un médico.
También me ha sorprendido que la Vicepresidenta Díaz, muy ufana ella, haya dicho que en caso de que se alargue la jornada de trabajo hay que pagar más, que los trabajadores deben de recibir una retribución mayor. La verdad es que yo daba por supuesto que la señora Díaz sabía que eso es así, pero no de ahora con el Estatuto de los Trabajadores, sino de hace muchísimas décadas. Me preocupa que no sepa que el turno de noche siempre ha estado mejor pagado. Debería saber la señora Díaz que algunos trabajadores piden ese turno precisamente por el aumento de salario.
De manera que, como todo esto es elemental, me parece a mi que la señora Vicepresidenta lo único que pretende es fastidiar a los hosteleros y a quienes salen por la noche, fundamentalmente a los madrileños, habida cuenta que Madrid es una ciudad que nunca duerme y quizá por eso la preferida por tantos y tantos viajeros. O sea que, salvo que la señora vicepresidenta quiera apretar las tuercas a la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no se me ocurre otra razón para semejante ocurrencia tan mal fundamentada.
Pero insisto, más que meterse en nuestros horarios y en nuestro sueño, la vicepresidenta debería de instar a las empresas a que dispongan de personal que atienda a los usuarios. Eso sí que sería revolucionario.