Ángel Montoro, un ciudadano de honor que hace patria en Plock

Sergio Miguel
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Ángel Montoro, campeón del Mundo en 2013, se encuentra jugando en Polonia y admite que recibir el reconomiento de Toledo fuera de España es un orgullo especial

Cuando uno esta lejos, le saben mucho mejor los reconocimientos de sus paisanos. Por ello, Ángel Montoro ha recibido con una gran satisfacción el nombramiento como Ciudadano de Honor, junto a Gonzalo Pérez de Vargas, en los premios Ciudad de Toledo. Sin duda, para el jugador de balonmano, se trata de un galardón especial porque, como él mismo repite, ellos son los primeros a los que les gusta pasear el nombre de la capital regional por el mundo.

Ésta no es una exageración en su caso, puesto que Montoro se ha convertido en uno de los jugadores españoles de balonmano protagonistas de la diáspora que se vive en la actualidad. En su caso, tras pasar por el Ademar de León y FC Barcelona, militó en las filas del Fénix Toulouse Handball para después iniciar su aventura polaca en el Orlen Wisla Plock. Entre sus títulos, brilla con luz propia el Campeonato del Mundo conquistado junto a los Hispanos en 2013.

Más allá de esta hoja de servicios, lo que hace verdaderamente grande a Montoro no son ni sus triunfos ni sus 2,13 metros. Es su humildad y el cariño a sus raíces lo que convierte al lateral capitalino en un auténtico Ciudadano de Honor para Toledo. Y es que, lo primero que admite es que jamás habría conseguido llegar tan lejos si no hubiera sido «por el Amibal y por el Patronato Deportivo, donde la labor de muchas personas nos permitió jugar al balonmano y progresar en este deporte».

Aunque reconoce que «cuesta mucho trabajo ser profeta en tu tierra», Montoro se siente como tal con esta distinción. En especial, porque «sabe mucho mejor cuando estás lejos de casa; es bonito que se acuerden de nosotros y que valoren nuestra labor, porque nosotros también nos acordamos de nuestra ciudad».

Lamenta con nostalgia que la Ciudad Imperial no pueda disfrutar en la actualidad con balonmano de elite. Después de la desaparición del Toledo BM, ningún otro equipo ha conseguido acercarse a la Liga Asobal y Montoro considera que se trata de una disciplina con mucho tirón en la capital regional.

A su juicio, «falta que haya un referente en la máxima categoría para que los niños sigan decantándose por él, pero nosotros desde la distancia intentamos allanar el camino para que los que viene detrás sepan que pueden abrirse camino jugando al balonmano».

Y es que, mientras Toledo no tenga un equipo en la máxima categoría, a jugadores como él no les queda más remedio que ‘buscarse las habichuelas’ lejos de la muralla o, incluso, de las fronteras nacionales. En su aventura, aunque echa de menos estar en casa y debe adaptarse a «costumbres que son totalmente diferentes o a un idioma distinto», también detecta puntos positivos.

Trabajar en el extranjero siempre supone una prueba de madurez y Montoro demuestra que la está superando. Así, entiende que «las personas somos la suma de nuestras experiencias y me quedo con que se aprende mucho cada día y todo sirve para ir mejorando».

Sus retos. Más allá esta nostalgia por tener que vivir lejos de la familia, el lateral capitalino reconoce que se encuentra en «un buen equipo para disfrutar del balonmano». Y es que ha acertado marchándose al Orlen Wisla Plock polaco, ya que le permite pelear por los títulos hasta el final en las competiciones domésticas y lucir en la Champions, la máxima cita continental.

De hecho, asevera que «luchamos en todas las competiciones y el año pasado nos quedamos a un gol de lograr la Copa». Por lo que se refiere a la Champions, «llegamos a octavos y esta temporada queremos dar un paso más».

La aventura polaca es, por tanto, una experiencia «motivante» para Montoro, aunque insiste en que «lo más importante es, además de disfrutar de tu deporte, ir aprendiendo». Por ello, no descarta volver a hacer las maletas en verano una vez más con el objetivo de buscar nuevos retos.

Sin duda, admite que le encantaría volver a España, aunque el balonmano nacional y la Liga Asobal en concreto no son el territorio fértil de las campañas pasadas. Por ello, admite que baraja también otras propuestas que le han llegado desde Alemania o incluso Turquía, destinos atractivos en los que seguir practicando su deporte a un alto nivel y llevar el nombre de Toledo a nuevas tierras.

Más allá de lo que elija Ángel Montoro este verano, podrá presumir de llevar la maleta cargada de sueños, experiencias, éxitos profesionales y, sobre todo, el reconocimiento de sus paisanos. No todo el mundo puede decir que es considerado como Ciudadano de Honor en su casa y se trata de galardón que ocupa un espacio enorme en el orgullo del gigante de los Hispanos.