El recién fallecido Manuel de la Casas es uno de los máximos responsables de traer la arquitectura contemporánea a Toledo. De las Casas ha destacado en su faceta pedagógica e institucional. Pero también ha dejado un importante trabajo entre las murallas de la ciudad. Su actuación más llamativa, sin duda, fue la sede de la Consejería de Agricultura, situada en la calle Pintor Matías Moreno. Pero también intervino en la recuperación de la Catedral, San Juan de los Reyes y de la Roca Tarpeya, sede de la Real Fundación de Toledo y Museo Victorio Macho, y su vecina casa Sánchez-Medina, un ejemplo de renovación de la casa toledana histórica.
Consejería de Agricultura
La sede de la Consejería de Agricultura se concluyó en 1993. Fue, en palabras del arquitecto José Ramón de la Cal, “la entrada de la arquitectura contemporánea con delicadeza dentro de las ciudades históricas”. Recuerda de la Cal que Casas no sólo fue arquitecto y docente, sino también director general de Arquitectura, e incluso trabajó como gestor de monumentos. En consecuencia, conocía bien las ciudades históricas, y realizó una apuesta por introducir con cuidado la arquitectura contemporánea en un conjunto Patrimonio de la Humanidad. Así trató de hacerlo con la Consejería de Agricultura, a veces criticada en Toledo por introducir conceptos del siglo XX en un Casco que algunos querían dejar anclado en el medievo. Se trata de un edificio de obra nueva y gran formato, insertado en la trama urbana de Toledo.
De las Casas recibió el encargo de la Junta de hacer un edificio moderno, respetuoso con la ciudad pero contemporáneo, como lo fueron en su día el renacentista Ayuntamiento, el neoclásico Instituto o la neomudéjar Escuela de Artes y Oficios. Según explicó en el volumen Arquitectura Contemporánea Toledo 1995, buscó aquí el mejor de los sentidos aplicables a la definición ‘arquitectura moderna’, el de la “más adecuada a la lógica del edificio en sus aspectos de uso, simbólicos, constructivos y de lugar”. De las Casas organizó el inmueble a través de patios, huecos y filtros y lo insertó en el entorno más inmediato. Luego lo revistió piedra granítica y arenisca.
La Consejería se encuentra en una manzana alargada que va desde los edificios de Doncellas Nobles hasta la plaza de San Juan de los Reyes, con un fuerte desnivel de vente metros. De las Casas explica que el acceso principal por la cota superior en Matías Moreno posibilitó la solución menos aparatosa. Da paso a un gran vestíbulo a nivel de esta calle, al que se adosa una galería de distribución del conjunto, que a su vez permite el acceso directo a unos bloques de tres y cinco plantas, que forman el cuerpo de oficinas. Además, la fachada a esta calle tienen un relación visual con el ábside de la iglesia de San Juan de los Reyes, así como un visión alta del borde de la ciudad y del valle del río.
A su vez, el gran desnivel facilita que la Consejería se pueda divisar perfectamente desde varios puntos de la ciudad. Aparentemente, el edificio es una escueta construcción de un gran muro, coronado con un torreón triangular que acoge la biblioteca, en consonancia con los grandes muros de contención sobre los que se asienta la vecina ermita de Virgen de Gracia. Interiormente, cuenta con un eje de distribución que articula los tres cuerpos del inmueble. El central, que llega hasta Santa Leocadia, tiente tres patios, en tanto que los extremos se deforman buscando las alineaciones y el encuentro con las medianeras.
El primer edificio moderno en el Casco en mucho tiempo no fue ajeno a críticas en la ciudad. A la Consejería se le ha llamado despectivamente en la ciudad ‘Bonobuque’ o ‘Titánic’. Ajeno a estas críticas, de la Cal advierte que es una aberración querer seguir haciendo en los siglos XX y XXI la ciudad como se hacía en el XVI. Pero eso “sabemos que no es el camino acertado”. La intervención fue galardonada con la II Bienal de Arquitectura Española en 1993 y estuvo seleccionada para los Premios Antológicos de Castilla-La Mancha en 2006.
Catedral
De las Casas también intervino en trabajos de rehabilitación y de limpieza de la Catedral y San Juan de los Reyes. Según recuerda Diego Peris, este arquitecto se hizo cargo de los proyectos de restauración de la Primada a partir de 1979. En ese año, se sustituyó la bajante entre la girola y la capilla de Reyes Nuevos, y se realizó la transformación del muro exterior del triforio. Se restauró el contrafuerte a la altura del transparente y las cubiertas de la nave intermedia de la girola a la derecha. Al año siguiente, se abordó la restauración del lado izquierdo y la cubierta del triforio alto. En otro proyecto, también se restauró la cubierta y el triforio de la girola.
Casa Sánchez-Medina
Por la recuperación de la casa Sánchez-Medina, Casas recibió el premio regional de Arquitectura de Castilla-La Mancha en 2005 y un año después el Premio Antológico de Arquitectura Contemporánea Territorio e Identidad, como mejor vida privada. Para de la Cal, esta actuación fue una reivindicación de la casa patio. Se trata de una relectura de la casa patio tradicional toledana, con su patio, zaguán y fachadas cerradas, un tanto ásperas, para volcar la vivienda completamente al patio interior. Es una vivienda unifamiliar de nueva construcción sobre un acantilado del río Tajo; una casa patio que se cierra hacia sus dos fachadas en esquina sobre las calles del Casco histórico y aprovecha el patio abierto para disfrute de las vistas desde el lugar.
La casa Sánchez-Medina se levantó sobre un antiguo edificio sin valor, que estaba muy deteriorado y fue demolido. En su cara sur, tiene medianería con la Casa-Museo de Victorio Macho. De acuerdo con el espíritu del Plan Especial del caso, de las Casas propuso una casa-patio. Además, tuvo en cuenta su situación especial para poner el patio abierto sobre las vistas al río Tajo.
La casa consta de dos plantas, además de un sótano para almacenes e instalaciones. La primera planta de acceso consta de vestíbulo, garaje, cuatro dormitorios y lavandería, que se asoma al acantilado a modo de galería. Por encima, el patio se convierte en el elemento central de la segunda planta, alrededor del cual están un cenador, la sala de estar, el comedor, cocina y el dormitorio principal.
De las Casas protegió la fachada de la casa Sánchez-Medina con celosías en madera de iroko en su color natural, que llaman mucho la atención desde el exterior. La cubierta está realizada en teja con inclinación hacia el patio, a modo del tradicional impluvium. Lo resolvió, recuerda el arquitecto, con esto elementos que se repiten en las casas del Casco, pero con un lenguaje contemporáneo.
Real Fundación Toledo
La Casa de Victorio Macho en la Roca Tarpeya es un edificio creado por Secundino Zuazo en 1953, que de las Casas rehabilitó con esmero, cumpliendo un encargo de la Real Fundación Toledo, que hoy tiene allí su sede.
El imponente inmueble está situado en el promontorio sobre una escarpada ladera que asoma al río Tajo, la denominada durante siglos como Roca Tarpeya. Este fue el lugar elegido por el escultor Victorio Macho para edificar su casa con inmejorables vistas. De la Cal destaca sobre todo su lectura en las texturas en el patio, y la lectura de las fábricas de ladrillo. Porque en el espacio interior, Casas se limitó a recuperar la traza original del taller, y convertir la parte de vivienda en zona administrativa. Hay que tener en cuenta que Zuazo ya dejó el espacio dividido en tres edificios, la casa, el museo y el taller, piezas articuladas en torno al jardín, todo ello desde una concepción sobria de la arquitectura toledana. De las Casas lo rehabilitó en 1998 con un total respeto a los valores de la obra original para la sede de la Real Fundación de Toledo y Museo Victorio Macho. Esta actuación también obtuvo el Premio Gonzalo Ruiz de Toledo, otorgado por la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Histórica de Toledo, y en 2001 estuvo nominada al Museo Europeo del Año.
En definitiva, lo que hizo de las Casas en el Casco, valora de la Cal, fue “traer buena arquitectura”. Y lo hizo utilizando los medios técnicos del momento para resolver, con un lenguaje diferente, los mismos problemas que se han venido solventando en Toledo durante dos mil años. Buscó soluciones a cuestiones de solamento, la sombra, el aislamiento al exterior, la privacidad, o las diferencias entre los edificios públicos y privados. Además, de la Cal destaca el carácter silencioso y callado de la arquitectura de de las Casas, que ha querido pasar inadvertida, por lo que quizás no es tan conocida como debería, “porque se ha alejado del mundo mediático de las arquitecturas estridentes que lo único que pretenden es llamar la atención”.
Finalmente, de la Cal destaca la influencia, quizás de forma indirecta, en otras actuaciones arquitectónicas en Toledo. Se refiere a la gestión del Plan Especial del Casco, que debe mucho a Manuel Casas. Él fue quien trajo a Toledo a Joan Busquets. También fue la persona que acercó a Elías Torres, autor de las escaleras de La Granja. En definitiva, recuerda de la Cal, Casas “fue una persona que no sólo supo sacar adelante sus proyectos, sino que supo también influir o promover a los mejores arquitectos de cada momento, para resolver los problemas más específicos de cada lugar”. De ahí su influencia en Torres para resolver el problema de las escaleras mecánicas de la Diputación.