Ani se puso guapa el jueves pasado. Eligió una chaqueta y un pantalón beis. Y unos zapatos negros con algo de tacón. Era difícil la elección del conjunto entre esa mezcla de sentimientos. Ana Isabel Martín enfiló la plaza de la Constitución tropezándose con tantísimos recuerdos, que entró en el salón de plenos con una pena enorme. El Ayuntamiento de Pulgar homenajeaba a esta funcionaria por su jubilación tras 49 años como auxiliar administrativo en el Consistorio. Casi nada.
«He sido una enamorada de mi trabajo. Me ha gustado mucho mi trabajo y mi pueblo», detalla a este diario esta pulgareña que se incorporó a la plantilla municipal con tan sólo 16 años. Ani estudiaba entonces secretariado en una academia de la calle de Santo Tomé de Toledo y se examinaba en Madrid. El fallecimiento repentino de su padre obligó a la hija mayor a buscar un empleo para ayudar a la familia.
El Ayuntamiento de Pulgar precisaba, por su parte, de una auxiliar para el secretario municipal. Ani asumió el puesto en las vísperas de la Transición y ha permanecido hasta el 1 de diciembre de 2023, día en que cumplía los 65 años. «Nunca me propuse jubilarme antes ni después», aclara.
Casi cinco décadas sin una baja laboral, excepto la de una operación reciente de columna. Tanto tiempo, que ha viajado de cumplimentar los recibos de agua de los hogares a mano a una tecnología exquisita.
«Nunca he tenido un encontronazo con nadie. Ni con alcaldes ni con concejales ni con secretarios. Creo que he sido muy leal», afirma esta esposa y madre de tres hijos, viajera y deportista. Y abuela de tres nietos a los que dedicará todo el tiempo posible de su jubilación.
Cuatro de los cinco alcaldes que desfilaron por el Ayuntamiento de Pulgar durante estas cinco décadas concurrieron el día 7 en el salón de plenos para homenajear a Ani. Faltó solamente Francisco Javier Balmaseda, quien asumía el cargo cuando la protagonista debutó como auxiliar administrativo. Sí pudieron estar presentes Gustavo Martín, Melisa Rojas, Rubén Calvo y el vigente, Andrés Pina. «Estuve muy a gusto con todos. Y todos se han matado por su pueblo», defiende.
«Nuestro mayor reconocimiento por toda una vida de trabajo y dedicación al Ayuntamiento de Pulgar, a tu pueblo y a tus vecinos. Te deseamos lo mejor para la etapa que comienzas, Ani. Estamos seguros de que la aprovecharás intensamente», expresó el Ayuntamiento de Pulgar la semana pasada en un mensaje compartido entre los vecinos. «Te echaremos de menos», exteriorizaban agradecidos sus paisanos.
Ani, como encargada del empadronamiento, ha visto el crecimiento del pueblo durante este tiempo, infrecuente en las últimas décadas en poblaciones como Pulgar. No obstante, de los 1.200 de 1970 ha dejado el Ayuntamiento en 1.500 vecinos.
«Me he perdido muchas cosas de mis hijos por el trabajo, pero ahora voy a disfrutar de mis nietos», afirma decidida la funcionaria leal a Pulgar que se ha ganado una feliz jubilación.